Museo Nacional danés revisa la obra de Asger Jorn en el año de su centenario

Copenhague, 28 feb.- El Museo Nacional de Arte de Dinamarca abre hoy una gran retrospectiva del pintor Asger Jorn, figura destacada de la vanguardia europea posterior a la II Guerra Mundial, impulsor del grupo CoBrA y de la Internacional Situacionista.

"Asger Jorn, rebelde inquieto" repasa a través de más de 200 obras la producción multidisciplinar de Jorn (1914-1973), que abarca no sólo sus cuadros, sino también esculturas, dibujos, cerámica y textos teóricos del que está considerado uno de los principales artistas daneses del siglo XX.

La muestra, a la que el museo ha dedicado una planta entera y que se podrá visitar hasta el 15 de junio, hace un recorrido cronológico de su prolífica carrera usando como uno de los principales hilos conductores "su condición de artista comprometido políticamente", en palabras de Dorthe Aagesen, una de las comisarias de la exposición.

Comunista desde su juventud, aunque luego se alejó de la Unión Soviética, Jorn defendió la dimensión colectiva y revolucionaria del arte desde muy pronto, además de colaborar con el movimiento de resistencia a la ocupación nazi de Dinamarca.

Fue alumno de Fernand Léger en la Académie Contemporaine de París a finales de la década de 1930, y allí entró en contacto con el surrealismo que marca sus primeras obras y que luego abandonaría.

Un lugar destacado en la muestra ocupa su participación en el movimiento CoBrA (1948-51), del que fue uno de sus fundadores con Dotremont y Constant, el cual agrupaba a artistas daneses, belgas y holandeses que defendían la espontaneidad y la experimentación en el arte, reivindicando a pintores como Klee y Miró.

La influencia de la Guerra Fría en su obra queda patente en la serie "Visiones de la guerra", donde refleja la tensión de la época a través de cuadros con animales agresivos y amenazadores.

Su inquietud y rebeldía le llevó años después a impulsar el Movimiento Internacional para una Bauhaus Imaginista (MIBI) en oposición a la Nueva Bauhaus de Ulm y más tarde a participar en la creación de la Internacional Situacionista.

De la crítica a la moderna sociedad de consumo capitalista que pregonaba este colectivo son reflejo obras donde reutiliza elementos ya existentes para aplicarlos a un nuevo contexto.

Y a modo de anécdota pero que refleja su personalidad, cuelga también de las paredes del museo el telegrama de 1964 en el que manda "al infierno" a los "bastardos" de la Fundación Guggenheim, rechazando una beca dotada con una importante suma.

Lugar especial en la retrospectiva ocupa "Stalingrado" (1957-1972), un lienzo de gran tamaño en el que trató de reflejar los horrores de la guerra a partir de la conocida batalla y que él consideraba como su "guernica" particular.

La parte final está dedicada a su última aventura, el Instituto Escandinavo para el Vandalismo Comparativo, donde se centró en los estudios de la cultura nórdica iniciados décadas antes y comenzó su obra inacabada "Diez mil años de arte popular nórdico".

Jorn consideraba única la cultura nórdica por abarcar muchas contradicciones y ambigüedades y la contraponía a la tradición del sur de Europa, porque tomaba como punto de partida las imágenes antes que las palabras.

La exposición del Museo Nacional no es la única que recuerda a Jorn, que a finales de la década de 1960 dejó una muestra de su arte en once murales realizados en la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado en La Habana, restaurados hace unos años.

La pinacoteca que lleva el nombre del pintor danés en Silkeborg (centro de Dinamarca) exhibe desde hace días una muestra bautizada "El arte es una fiesta", un viaje a través de las distintas temáticas abordadas por el artista.

Y en el Museo de Louisiana, el principal centro de arte moderno danés, acaba de clausurarse una exposición dedicada a Jorn y a Jackson Pollock, uno de sus artistas más admirados.