Natascha Sadr reflexiona sobre el turismo de masas y el agua en el MACBA

  • La artista de origen iraní y afincada en Berlín Natascha Sadr Haghighian reflexiona sobre el turismo de masas y la privatización del agua en la instalación sonora "De paso", que muestra en la Capilla del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) y que ha concebido específicamente para esa ciudad.

Barcelona, 6 jul.- La artista de origen iraní y afincada en Berlín Natascha Sadr Haghighian reflexiona sobre el turismo de masas y la privatización del agua en la instalación sonora "De paso", que muestra en la Capilla del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) y que ha concebido específicamente para esa ciudad.

Nada parece ocupar los espacios de la Capilla del MACBA, apenas dos bancos que invitan al descanso y que en el interior del edificio gótico representa un oasis en contraste con el trajín de la calle en el exterior.

Al atravesar la puerta, sin embargo, el espectador percibe un sonido que, pese a ser familiar, es incapaz de identificar.

La superposición de ruidos distorsionados confluye en el centro de la nave en forma de un único sonido que resuena a diario en cualquiera de nuestras calles.

Hasta que el público no llega al final de la sala no consigue descifrar el ruido: es el sonido peculiar que emite cualquier botella de agua mineral de plástico al ser aplastada por una maleta de mano con ruedas.

La comisaria de la exposición, Chus Martínez, ha recordado hoy en la presentación que "hay un gran debate en la comunidad neurocientífica sobre cómo funciona la inteligencia humana: entre aquellos que creen que el cerebro se orienta a resolver problemas, y de ahí su tendencia al resumen, y otros que piensan que el cerebro es divergente. Natascha estaría en el segundo grupo".

Para la comisaria, la artista iraní "reflexiona sobre la cultura material, la humanidad, el tránsito y la naturaleza".

En el origen de esta instalación sonora están, argumenta Martínez, "dos objetos relativamente recientes, la botella de plástico, que irrumpe con fuerza en los años 60, y el equipaje de mano, que se populariza a partir de los años 90".

De hecho, señala la comisaria, "la maleta de ruedas es un paso más hacia la cultura de la individualización, pues hasta 1989 la gente hacía el equipaje en pareja o en familia, mientras que hoy todo el mundo separa sus pertenencias, incluso los niños tienen su propia maleta de ruedas".

En el mismo acto, Natascha Sadr ha expresado la necesidad de "revisar la cultura material" y, en ese contexto, cree que "algunos objetos penetran en nuestras vidas, como si los invitáramos", pero, añade, deberíamos pensar que es a la inversa: quizá estos objetos nos escogen "a nosotros".

Para esta instalación, Natascha Sadr pensó en sacar esos objetos cotidianos de su contexto habitual.

En el espacio contiguo, el visitante se encuentra con una fuente formada por catálogos de Ikea en catalán, castellano, inglés y alemán, acompañada de un fragmento de "Homage to Catalonia" (1938), de George Orwell, y una fotografía en blanco y negro de David Seymour tomada ese mismo año, en la que aparece un hombre llenando un botijo de agua en una Barcelona en ruinas.

Orwell y Seymour fueron brigadistas durante la Guerra Civil española, período en el que el agua se convirtió en símbolo de libertad con la colectivización de la Sociedad General de Aguas de Barcelona y se extendió la red de tuberías hasta los vecindarios más pobres.

La exposición, que estará abierta al público, desde hoy y hasta el próximo 12 de diciembre, ha sido organizada por el MACBA y coproducida con la Fundación Hans Nefkens.

Natascha Sadr ha expuesto su obra en Nueva York, Berlín, México, Atenas y Sydney, con obras que han reflexionado sobre la construcción científica de la realidad, las divisas del sistema financiero mundial o la frustración artística en el contexto de las ferias comerciales. EFE.

Mostrar comentarios