Nayaband denuncia en sus letras la existencia de una generación "sacrificada"

  • Nayaband, la banda de fusión formada por artistas senegaleses, cubanos y canarios, tiende un puente entre la música europea y senegalesa en su último disco, "Hope", en el que denuncia la existencia de una generación "sacrificada", los jóvenes con carrera y sin trabajo, y habla de sus preocupaciones cotidianas y de la inmigración.

Belén Rodríguez

Santa Cruz de Tenerife, 10 jul.- Nayaband, la banda de fusión formada por artistas senegaleses, cubanos y canarios, tiende un puente entre la música europea y senegalesa en su último disco, "Hope", en el que denuncia la existencia de una generación "sacrificada", los jóvenes con carrera y sin trabajo, y habla de sus preocupaciones cotidianas y de la inmigración.

Originario de la región de Casamance, al sur de Senegal, el líder de este grupo, Nayaband Jean, explica en una entrevista con Efe que el objetivo de su música, que se atreve con géneros tan diferentes como salsa, reggae, funky o jazz, es provocar "un abrazo entre las culturas".

En inglés, francés, español, wolof y diola suenan sus letras en las que aparecen estribillos que gritan, por ejemplo, "donde hay hambre no hay fronteras", y que empiezan entonándose en un idioma y acaban en otro.

La excusa del estribillo sirve para tratar el tema de la inmigración: "donde hay presión siempre habrá explosión", afirma el músico senegalés, quien, al mismo tiempo, dice huir de que a su país se le identifique de forma sistemática con la imagen de los cayucos.

Denuncia que los medios de comunicación utilicen términos tan agresivos como "tsunami, oleada o invasión" para referirse a la llegada de inmigrantes a las costas españolas.

Es "triste", señala, ya que solo crean xenofobia y sirven de germen para los partidos de ultraderecha cuyo lema es echar a los inmigrantes, añade.

Ante esto, la juventud africana reacciona saliendo a la calle y reclamando más trabajo y menos corrupción, agrega, pues no puede ser, denuncia, que el gobierno senegalés de Abdoulaye Wade invierta 27 millones de dólares en levantar una escultura de bronce 49 metros de altura sobre el "Renacimiento africano" y no haga nada por los siete millones de jóvenes que hay en el paro.

"No es normal que llegues a los 30 años y nunca hayas tenido la oportunidad de trabajar", lamenta Nayaband, quien aprovecha la música para comunicar esta preocupación, "mi preocupación", apostilla.

Nayaband tiene la suerte de no pertenecer a ese grupo de jóvenes, pues hace muchos años que se dedica a la música, primero en Senegal, con el grupo de a capella Banor Z; y luego en Gran Canaria, donde decidió quedarse al ver en la isla la posibilidad de mejorar y exportar los sonidos africanos, como el del xalam, la guitarra con tres cuerdas que luce en sus conciertos, junto a otra eléctrica.

Fue en Gran Canaria donde consiguió su primera guitarra, que encontró en la basura, pero el tiempo pasa y su interés ahora no está en ella, ni siquiera en los djembés senegaleses, sino en las chácaras, un instrumento de percusión de La Gomera que quiere incorporar a sus nuevos temas.

"Hemos intentado que suene a África pero no sea África o que suene europeo pero no sea europeo", indica el artista, quien considera que en la mezcla, y no en la asimilación, está el futuro de la música, de la cultura y de la sociedad de "África, Europa y el mundo".

Con nostalgia, Nayaband, que participa en el Festival de Jazz de Canarias, recuerda su primer disco, "Globalización", que vio la luz en 2008 gracias a una ayuda del Gobierno canario, que aportó 2.000 euros y del que vendieron las mil copias que sacaron.

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