Oscars 2011: El bueno, el feo y el malo de la gala

  • La 83 edición de los premios de la Academia pasará a la historia como una de las peores de todos los tiempos. Lo mejor, la aparición breve, pero estelar, de Kirk Douglas y Billy Crystal. Lo peor, la incapacidad de los presentadores más jóvenes de la historia de los premios para aportar ritmo a la emisión. Indescriptible, el look de Nicole Kidman. La actriz australiana mostró una vez más su dudoso gusto vistiendo un modelo blanco con pedrería de Christian Dior mezclado con zapatos rojos. Fue designada, con unanimidad, como la peor vestida de la noche, y no es la primera vez.
Roberto Arnaz / Los Ángeles

A pesar de sus 94 años, la aparición de Kirk Douglas sobre el escenario del teatro Kodak de Los Ángeles fue lo más refrescante de la ceremonia de los Oscar 2010. Ni la edad, ni los problemas de salud han acabado todavía con uno de los genios del Hollywood clásico. El soso de James Franco recibió de Douglas y de Billy Crystal un cursillo intensivo de cómo llenar el escenario con ingenio y hacer reír a la audiencia sin necesidad de travestirse de Marilyn Monroe.

La lección de saber estar llegó hasta el punto de que el bueno de Kirk Douglas se permitió hasta vacilar al presentador novato y a su compañera Anne Hathaway. Primero la tomó con Franco, la gran diana de la noche. “Me alegro que ya hayas salido de la cueva”, le espetó Espartaco, en alusión a su papel en 127 Horas. Después sacó a relucir su vena de galán con Hathaway a la que dedicó un “estas preciosa” y se preguntó “¿dónde estabas cuando yo hacía películas?”

Kirk Douglas fue, una vez más, el bueno de la peli. Justo lo contrario que James Franco, al que la prensa estadounidense responsabiliza de que la gala fuera una de las más soporíferas de todos los tiempos. De hecho, la prestigiosa publicación The Hollywood Reporter aseguró que, si la ceremonia hubiese sido una película, se habría titulado “127 horas de aburrimiento”. La cadena de televisión Fox News utilizó Twitter para afirmar que Franco “parecía colocado”, mientras que la revista Rolling Stone justifica el pobre papel del presentador asegurando que “se quedó sin palabras al ver lo atractivo que salía en pantalla”.

Lo cierto es que, aunque las afiladas lenguas de los críticos en ocasiones pueden ser despiadadas, los números nunca mienten, y los de la gala de la madrugada del lunes fueron especialmente reveladores. Cuando todos los analistas, y la cadena de televisión ABC, esperaban un incremento de la audiencia, la realidad fue que la primera pareja mixta que conducía la ceremonia en sus 83 años de historia consiguió que la cifra de espectadores cayera un 7% respecto al año pasado.

Un fracaso gigantesco para una gala cuyos productores anunciaron a bombo y platillo que sería innovadora, pero que a la hora de la verdad resultó previsible y aburrida. Incluso al propio James Franco, en un ataque de sinceridad, no le importó despedirse de los televidentes con un “¿a quién le importa si ha sido la peor ceremonia de la historia?”.

A demás de por una falta absoluta de interés, la que debía de ser la noche del glamour en Hollywood tampoco destacó por la elegancia de las invitadas a la ceremonia. Según los expertos de estilo de The Huffington Post, por la alfombra roja desfilaron unos cuantos atentados contra la moda, empezando por Jennifer Hudson de la que dijeron que “aunque el color de su vestido era sumamente favorecedor, el modelo –un traje de raso de Versace-escogido por la cantante y actriz hacía poco por mejorar su alicaído escote”.

Por su parte, Nicole Kidman fue el blanco preferido de las críticas. La actriz australiana lució “plana” con un peinado a lo “lamida de vaca” y un elaborado vestido blanco de Dior “que no favorecía su pálida piel”. Los periodistas de The Huffington Post tampoco se cortaron con otras “infractoras” que pecaron por exceso, como Reese Witherspoon, a la que criticaron por llevar “demasiadas extensiones”, Hillary Swank –“demasiado aburrida”- o Penélope Cruz, con un estilo “demasiado Las Vegas”.

Por el contrario, las jóvenes estrellas del celuloide fueron las que más acertaron a la hora vestir en la noche en la que debían lucir frente a los objetivos de los fotógrafos y los ojos de los periodistas de los casi 2.000 medios acreditados. Con un atrevido y escotado vestido de color lila de Elie Saab, Mila Kunis, la compañera de reparto de Natalie Portman en El Cisne Negro, se coronó como la más elegante de la noche, seguida de Hailee Steinfeld, protagonista de Valor de Ley, y Mandie Moore, la voz de Rapunzel en Enredados de Disney.

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