Pablo Iglesias, un estilo que bate récords de audiencia

  • Isabel Peláez.

Isabel Peláez.

Madrid, 17 nov.- Pablo Iglesias es un político atípico. No le gustan los trajes ni las corbatas, suele llevar las mangas de su camisa (casi siempre blanca) arremangadas, se compra la ropa en el supermercado Alcampo y ya ha dejado claro que ni en el caso de llegar a la Moncloa se cortará su querida y característica coleta.

Su estilo, muy casual, "no parece aún demasiado estudiado", explica la experta en imagen política Patrycia Centeno, autora también del libro "Política y moda" (editorial Península).

Le acaban de nombrar oficialmente secretario general de Podemos, y está claro que su estilo atrae a las masas, por lo menos a las televisivas, porque, cuando Iglesias entra en un plató, se disparan los datos de audiencia, como ocurrió ayer en el programa "El objetivo", presentado por Ana Pastor, que batió su propio récord con más de tres millones de espectadores.

Algunas fotos rescatadas del baúl de los recuerdos muestran a un Pablo Iglesias con una estética aún más alternativa que la actual; varios aros en las orejas y un "piercing" en la ceja exteriorizaban hace unos años el espíritu de un rebelde con causa.

Los pendientes se los quitó para que su imagen "no distrajera" demasiado de lo verdaderamente importante: el mensaje.

Sin embargo, este cambio no contó con la suficiente "premeditación", piensa Centeno. "Se quitó el 'piercing' demasiado rápido, sin darse cuenta de que una alteración en la estética da a entender que renuncias a una parte de la persona que eras", explica.

Solo hay una cosa que Pablo Iglesias parece no estar dispuesto a cambiar, así la Moncloa se convierta en su nueva morada: la coleta.

Es su emblema estético, un complemento que simboliza su deseo de cambio y su pretensión de regenerar los pilares del actual sistema político.

"La coleta representa la ruptura con todo lo anterior; si renunciase a ella una vez en el poder, perdería su personalidad, estaría contradiciendo su propia ideología", sentencia Centeno.

Sin embargo, sí que hay "arreglos" que la experta recomendaría a Pablo Iglesias, quien no puede obviar que la imagen, al fin y al cabo, es un componente esencial en el éxito de un personaje público.

La dentadura es la gran asignatura pendiente del líder de Podemos, ya que una boca cuidada "es esencial" en el caso de una persona cuya profesión, la de político, consiste en parlamentar continuamente o dirigirse a los ciudadanos frente a una cámara.

Otros antes que él, como Soraya Sáenz de Santamaría o Julio Anguita, ejemplifica Centeno, comprendieron que una boca sana, con buen aspecto, es "muy importante" para agradar a cualquier interlocutor.

"Arreglarse un poco la barba" es otro de los consejos de Centeno, quien considera no obstante que la imagen de Pablo Iglesias es muy inspiradora.

Tanto que otros políticos, según han insinuado algunos medios y hasta el propio Iglesias, le han tomado como modelo a la hora de vestir y modificar algunos elementos de su vestimenta.

En concreto, a Pedro Sánchez también le gusta arremangar su camisa, y hace unos días lució un "look" mochilero que algunos medios y expertos compararon con la mítica mochila que Pablo Iglesias lleva siempre a sus citas con el Parlamento Europeo. "No creo que sea casualidad", asevera Centeno.

Twitter también se ha pronunciado sobre la imagen del líder de Podemos, casi siempre con sana ironía. "Consigue tu 'look' Pablo Iglesias usando el champú anticasta", dice un usuario de esta red social.

El perfil "Dios" en Twitter (147.000 seguidores) también participa de los chistes: "Pablo Iglesias me copia el 'look' y el apellido y encima pretende que no le crucifiquen, ¡hombre por Dios!", asevera el dueño de esta irónica cuenta sobre hipotéticos pensamientos divinos.

En definitiva, parece que Iglesias no solo ha alterado el clásico bipartidismo, sino que también ha sido capaz de escribir un capítulo aparte en el código de vestimenta de la política española, hasta hace poco intolerante con cualquier salida del tiesto.

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