Paco Cabezas estrena "Tokarev", su debut como director en la meca del cine

Madrid, 24 jun.- Para el director Paco Cabezas, que el viernes estrena su debut hollywoodiense, la "intensidad" de un rodaje se calcula por la cantidad de cámaras que se rompen, dos en el caso de "Tokarev", una "intensidad media alta", y un indicativo de lo que el espectador puede esperar de su tercer largometraje.

Aunque pueda parecer el "típico thriller" de "rusos malos que secuestran a mi hijo", al estilo de las películas de Liam Neeson y Jason Statham, confiesa el sevillano durante una entrevista con Efe, "Tokarev" da "la vuelta" al concepto de las películas de mafiosos a las que la meca del cine tiene acostumbrado al gran público.

La trama narra la historia de Paul Maguire (Nicolas Cage), un hombre de negocios de éxito y un criminal reformado, que tras el secuestro de su hija Caitlin (Aubrey Peeples), decide reunir a su antiguo equipo, encarnados por Peter Stormare y Max Ryan, para buscar respuestas sobre la desaparición de la pequeña.

"No desvelo nada si cuento que en el minuto 20 asesinan a la hija de Nicolas Cage", sentencia, "ahí es donde uno se da cuenta de que esta película es otra cosa", una historia más "oscura","adulta" y "brutal", acorde a la realidad, en la que asegura no conocer ningún caso en el que en el secuestro de una hija "acabe todo bien".

"Tenemos tendencia a buscar culpables" y cuando ocurre un "crimen" como este "no tiene sentido", al contrario -asegura el director- una "búsqueda absurda de justicia y de venganza lo que va generando es más dolor".

Cabezas sabe que esta película es más "comercial" y "palomitera" que "Carne de neón", con la que conquistó a Cage, pero le permite "poner el pie en la puerta" que Hollywood ha abierto para él, a la espera de poder abrirla e "intentar" hacer cosas más "personales". "Cuando digo personales no digo aburridas", ironiza.

"Yo no le hice un casting a Nicolas Cage, Nicolas Cage me hizo un casting a mi", asegura cuando se le pregunta cómo llegó el proyecto a sus manos y relata uno de los momentos "más surrealistas" de su vida, su viaje a Las Vegas para conocer al sobrino de Francis Ford Coppola.

"Uno dice 'bueno, cuando uno rueda una película en Estados Unidos, ¿no será que el actor es el que toma las decisiones y el director es un mindungui?'. Pero no. Realmente, cuando al actor le gusta tu trabajo, lo aprecia y lo respeta, estáis a un mismo nivel".

Así se sintió junto a Cage, al que describe como un "enamorado del cine" y un "apasionado de su trabajo", que quiere "imprimir personalidad en su carrera" tras haber rodado varias películas "malillas", y con el que quiere volver a trabajar para presentar un guion propio más "oscuro".

Para el director sevillano, que afirma tener una "relación curiosa" con la crítica, trabajar con actores que no "se arriesguen" no le interesa.

Por eso le gusta trabajar con actores como Cage que "buscan lo extremo", pues considera que lo peor que puede ocurrirle a alguien como él es "no buscar el límite".

"Cuando uno va hasta el límite de su interpretación en una película, puede encontrar cosas maravillosas o puede caer en el ridículo, pero si no lo intenta seguro que no pasa nada, te quedas en el territorio de la comodidad", señala.

Del rodaje, Cabezas guarda grandes recuerdos, como la ocasión en la que "casi" matan "al pobre Andrzej Sekula", el director de fotografía del film y de "Pulp Fiction", entre otros.

"Estamos ahí rodando la escena (una pelea) y de repente se oye un piñazo, y era el pobre Andrzej Sekula que se había caído para atrás con la cámara", cuenta divertido.

El cineasta asegura que en la película hay "mucha testosterona y mucha masculinidad", los ingredientes perfectos para que, "ahora que España ha perdido el Mundial", el público suelte toda la energía "reprimida" y "enquistada" que la derrota les ha dejado; "es un "sustitutivo del Mundial", concluye. EFE

mra/cr

(Archivo en www.lafototeca.com 6293973 y otras...)