"Perdona, pero quiero casarme contigo", la "reflexión positiva" de Moccia

  • Madrid.- Tras el éxito de "Perdona si te llamo amor", Federico Moccia regresa a las salas de cine con su nueva comedia romántica, "Perdona, pero quiero casarme contigo", en la que el escritor y director italiano ofrece "una reflexión de la vida en clave positiva".

"Perdona, pero quiero casarme contigo", la "reflexión positiva" de Moccia
"Perdona, pero quiero casarme contigo", la "reflexión positiva" de Moccia

Madrid.- Tras el éxito de "Perdona si te llamo amor", Federico Moccia regresa a las salas de cine con su nueva comedia romántica, "Perdona, pero quiero casarme contigo", en la que el escritor y director italiano ofrece "una reflexión de la vida en clave positiva".

"Muchas veces, las personas van al cine simplemente porque quieren pasarlo bien, pero también es posible que estén pasando por un momento difícil, y una película como ésta te puede ayudar a pensar que todo en la vida tiene solución", señala Moccia en una entrevista con Efe.

El filme narra la historia de amor entre Alex (Raoul Bova) y Niki (Michela Quattrociocche), que se han dado el 'sí, quiero' a pesar del obstáculo de la edad, ya que él es un maduro agente publicitario y ella una joven estudiante universitaria.

Los protagonistas se muestran encantados con su decisión, pero, a medida que se acerque la fecha del enlace, Niki se verá desbordada por el miedo, las dudas y la tentación carnal, representada por un atractivo compañero de clase.

Partiendo de esta premisa, Moccia construye una obra coral en la que juegan un rol muy importante los personajes secundarios, individuos a los que el amor les ha dado la espalda y que tratan de reconstruir su vida sentimental.

Las emociones, como no podía ser de otra manera, son el motor principal de "Perdona, pero quiero casarme contigo", una obra que nació como novela y que ahora encuentra su adaptación al género cinematográfico.

"La película es muy distinta al libro, porque decidimos cambiar algunas cosas para contar mejor la historia. El libro te da más fórmulas y posibilidades para reflejar los pensamientos de los personajes, mientras que una película dura noventa minutos y te obliga a escoger", afirma Moccia.

"Espero haber acertado con mis elecciones, pero confío en el buen juicio del público, que sabrá diferenciar entre un libro, que es una cosa, y la película, que es otra bien distinta. Los espectadores pueden distinguir esas dos realidades", apunta.

Las relaciones creativas nunca son sencillas, ya se trate de personajes que sólo viven en el papel o de intérpretes de carne y hueso. "Los protagonistas de un libro requieren ciertas atenciones y tienes que saber respetar la esencia de cada uno", asevera Moccia.

"Cuando consigues reflejar eso en la novela, el proceso se simplifica una barbaridad a la hora de hacer la película, porque reduce mucho los problemas en el rodaje. Si el libro es preciso, el intérprete no te puede poner objeciones", confirma.

Aunque le cuesta decidirse, el autor prefiere la creación literaria a la cinematográfica. "La belleza de la palabra, la libertad de la hoja en blanco, el hecho de que cuando escribes no tienes fronteras, es la mayor belleza que puede existir. La película es más estricta, más limitada", confiesa.

"Pero dirigir también resulta muy estimulante -advierte-, porque te da la oportunidad de trabajar de una forma distinta en el libro siguiente. La forma en que los actores interpretan a los personajes te hace prestar más atención a determinadas cosas en las que antes no habías reparado".

Con dos películas estrenadas en el lapso de un año, Moccia ya trabaja para traer a España su último filme. "Es la adaptación de mi novela 'Carolina se enamora' y cuenta las cosas que ocurren en la vida de una chica de 14 años", anuncia.

"Recuerdo que me gustó mucho escribir aquel libro, porque me permitió viajar atrás en el tiempo, a esa época entre los 13, los 14 y los 15 años, que es cuando se hacen los mayores descubrimientos y se dan los pasos más importantes de la vida", proclama.

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