Perera sale a hombros en Almendralejo

  • El torero extremeño Miguel Ángel Perera ha salido hoy a hombros de la Plaza de Toros de Almendralejo en la corrida con motivo del Salón del Vino y la Aceituna, mientras que su paisano Alejandro Talavante ha paseado una oreja y otra el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza.

Almendralejo (Badajoz, España), 12 may.- El torero extremeño Miguel Ángel Perera ha salido hoy a hombros de la Plaza de Toros de Almendralejo en la corrida con motivo del Salón del Vino y la Aceituna, mientras que su paisano Alejandro Talavante ha paseado una oreja y otra el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza.

Se han lidiado dos toros de Luis Terrón para rejones, de juego desigual y aceptable presentación; y cuatro de Zalduendo, de presencia desigual y buen juego. Al quinto se le ha dado la vuelta al ruedo.

Pablo Hermoso de Mendoza, una oreja. Ovación.

Miguel Ángel Perera, dos orejas. Dos orejas y rabo.

Alejandro Talavante, ovación tras aviso. Una oreja

La plaza ha registrado dos tercios del aforo en tarde soleada.

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza ha acertado al clavar los rejones, dejando llegar al toro que ha abierto plaza, que ha colaborado con él para la consecución del triunfo.

Al segundo lo ha recibido clavando con acierto igualmente, un toro tardo en la embestida y distraído al que ha matado mal y, aún así, ha sido ovacionado.

Miguel Ángel Perera con un toro muy abrochado de pitones, pero noble y con recorrido, ha estado cómodo ejecutando un toreo limpio y de cercanía que ha gustado al respetable.

Al quinto de la tarde, noble y bravo, lo ha templado con la derecha dejándose ver, en una faena que ha rematado con la mano izquierda, aplaudida, que le ha valido los máximos trofeos para él y el toro.

Talavane ha metido en la muleta a un toro indeciso, al que ha enseñado a embestir, luciéndose con él, dándole distancia y tiempo hasta cuajar una gran faena, ejecutada con ambas manos, pero en la que ha fallado con la espada.

Por estatuarios ha recibido al toro que cerró plaza, como prólogo a una faena variada y cuajada de arte, especialmente con la mano izquierda, pero el toro se ha apagado pronto y a la vez el regusto de su toreo, aunque al final ha conseguido una oreja.

Mostrar comentarios