Ponce atribuye a la política el final de los toros en Cataluña

  • El torero Enrique Ponce ha atribuido hoy a los políticos, y no a los antitaurinos, que acabe la fiesta de la tauromaquia en Cataluña, con la última corrida en Barcelona el próximo domingo, argumentando que todo se debe a que representan la tradición e idiosincrasia de todos los pueblos de España.

Aurelio Martín

Segovia, 21 sep.- El torero Enrique Ponce ha atribuido hoy a los políticos, y no a los antitaurinos, que acabe la fiesta de la tauromaquia en Cataluña, con la última corrida en Barcelona el próximo domingo, argumentando que todo se debe a que representan la tradición e idiosincrasia de todos los pueblos de España.

Trabajo le ha costado al crítico Andrés Amorós, en una conversación con el torero dentro de los actos del Hay Festival, que este se pronunciase sobre el tema y ha señalado que "no han sido los antitaurinos, que han existido toda la vida, pero no tienen fuerza, sino los políticos separatistas", los que han acabado con los toros.

El primer matador de toros en activo que consiguió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en 2007, se ha resignado a no volver a trabajar en Cataluña: "No tenemos mucha escapatoria, en un futuro quizá se pueda hacer algo, pero es una barbarie que no debe servir de ejemplo en otra comunidad o en otro país".

Y ha recordado tardes de gloria en la Monumental, donde le encantaba torear, aunque ha confesado no haber vivido el esplendor que conoció su suegro, el exmatador Victoriano valencia, sentando entre el público, principalmente compuesto de aficionados, entre ellos el escritor Eduardo Mendoza.

En uno de los primeros eventos del Hay Festival de Segovia, Ponce ha hablado de vocación y de sentimientos, también de suerte por poder dedicarse a lo que siempre ha querido y con lo que seguirá: "me siento a gusto, me encuentro bien, capaz, sueño con la perfección, aún puedo emocionar a mucha gente".

Ha reconocido llevar toreadas unas 2.070 corridas de toros y haber matado más de 4.500 toros, si incluye festivales y novilladas, pero, apoyándose en la ironía de Amorós ha dicho que eso no le convierte en un "terrible carnicero".

Y es que matar un toro, ha sentenciado el diestro, "es consecuencia de todo, es poder crear una obra de arte en el momento en que se fusiona el toro y el torero, en una conjunción que despierta el sentimiento, en un lance, en un muletazo..."

Si tiene que recordárselo por algo, Ponce ha señalado: porque "soy perseguidor de la belleza, entiendo que el toreo es algo bello y artístico" y además ha reiterado que los toros han inspirado a escritores, poetas y músicos.

Indignado con los abolicionistas y enamorado del toro bravo Ponce ha llegado a subrayar que "el torero es el primer ecologista del toro bravo", junto con el ganadero y el aficionado, porque esa res no sirve para carne y, si no hay corridas, terminaría desapareciendo. EFE

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