Barcelona, 17 jul.- Las verdades que esconden las respuestas banales a las encuestas han servido a Martin Crimp para escribir "Nadie verá este vídeo", que, dirigida por Carme Portaceli, se estrenará el viernes en el Grec para abrir luego, en septiembre, la temporada del Centro Dramático Nacional (CDN) en el Valle Inclán.
La obra de teatro estará en el escenario del Mercat de les Flors de Barcelona hasta el 22 de julio con el título "El vídeo no el veu ningú".
Según ha explicado Portaceli en declaraciones a Efe, el propio autor británico trabajó en una empresa de estudios de mercado transcribiendo cintas de entrevistas realizadas a determinados grupos de personas
En esas encuestas, el autor percibió que cualquier pregunta sobre hábitos de consumo puede abrir "una grieta en nuestro interior y desvelar cosas, incluso sentimientos y realidades, que ignorábamos, y cuyo desconocimiento nos hacía estar más cómodos, pero no más felices".
Portaceli considera que la obra "crea un retrato demencial y cómico de una sociedad de la década de los 90 y habla anecdóticamente de la caída del euro y del comienzo de la vorágine capitalista".
Muestra una sociedad infeliz que no sabe qué tiene que sentir, y es también una crítica a la sociedad patriarcal, ha señalado la directora, que ha explicado que la trama arranca en el año 1991 y que muestra la evolución de unos personajes a lo largo de un año, en pleno "thatcherismo".
Ocho personajes, interpretados por un elenco de cinco actores, tal y como determina Crimp, se encuentran en la calle por azar, para hacer encuestas sobre la importancia de añadir o no queso a las pizzas congeladas.
Con esa excusa llena de ironía el texto se va adentrando en sus mentes, en sus vidas y en todo lo que no dicen Francesc Garrido (Colin), Gabriela Flores (Elisabeth), Albert Pérez (John, Roger y Nigel), Diana Torné (Karen y Sally), y Martí Salvat (Paul)
El espacio escénico en el que se puede seguir la proyección del vídeo con las encuestas está firmado por Paco Azorín y la música de Jordi Collet pone una banda sonora inquietante a la trama.
A juicio de Portaceli, Crimp, un autor que se escapa de las normas convencionales de la dramaturgia británica, empieza a ser muy reconocido en Barcelona por su destacado acercamiento a la realidad.
En opinión de la directora teatral, "se trata de una obra excepcional", de un autor, "gran heredero de Harold Pinter y Samuel Beckett", "que no es críptico, tal y como se ha dicho en alguna ocasión" sino "irónico y con el monólogo interior de sus personajes muy claro", ha asegurado Portaceli.
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