Puerta Grande para Perera, y oreja al "Fandi"

  • Miguel Ángel Perera, que cortó una oreja de cada toro de su lote, salió hoy a hombros de la Monumental de Barcelona (este), en un festejo en el que "El Fandi" paseó también un apéndice.

Barcelona (España), 24 jul.- Miguel Ángel Perera, que cortó una oreja de cada toro de su lote, salió hoy a hombros de la Monumental de Barcelona (este), en un festejo en el que "El Fandi" paseó también un apéndice.

FICHA DEL FESTEJO.- Cinco toros de Torrehandilla y uno -el sexto- de Torreherberos, bien presentados y de poco juego.

Manuel Jesús "El Cid": estocada (ovación tras fuerte petición); y estocada (palmas).

David Fandila "El Fandi": pinchazo, estocada tendida y descabello (silencio); y estocada (oreja tras aviso).

Miguel Ángel Perera: estocada (oreja); y estocada (oreja tras aviso).

En la enfermería fue atendido el banderillero David Saugar "Pirri", de la cuadrilla de "El Cid" de "contusión por varetazo en la cara interna de la rodilla derecha, de pronóstico leve".

La plaza tuvo media entrada en tarde nubosa y fresca.

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PERERA SALVA LOS MUEBLES

"El Cid" llevó a cabo una faena templada a su incómodo primero, que no terminó de humillar y tomaba los engaños con un molesto calamocheo. Puso voluntad el sevillano, que, pese a que su labor no llegó a coger vuelo, fue ovacionado.

El cuarto tampoco fue gran cosa. "El Cid" aquí solventó la papeleta sin más.

Al "Fandi" le correspondió un primer toro manso y remiso a embestir, con el que se lució tanto con el capote como con las banderillas, pero nada pudo hacer en el último tercio.

El quinto tuvo mejor son, y en consecuencia "El Fandi" estuvo mejor. Bien de nuevo con el capote, lo mejor fueron una vez más las banderillas. Con la muleta conectó rápido con los tendidos en una labor efectista que le valió un apéndice.

Perera anduvo sobrado frente a su flojito y soso primero, al que cuidó mucho para posteriormente llevar a cabo un trasteo basado en el temple, la limpieza y la ligazón. Bien el extremeño, que mató a la primera y cortó una oreja.

Otra oreja más paseó del incómodo sexto, con el que hizo un notable esfuerzo para cuajar una faena de mando y firmeza, sobre todo por lo que expuso Perera. Mató de nuevo al primer envite con la espada, y para él la Puerta Grande.

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