Rafael Argullol: "Me han dicho que he escrito el Quinto Evangelio"

  • Al margen de modas, el filósofo Rafael Argullol acaba de publicar "Pasión del dios que quiso ser hombre", un libro muy breve pero "muy quintaesencial" en el que se aproxima a la muerte de Jesús, y que ha provocado incluso que un amigo sacerdote le haya dicho que ha escrito "el Quinto Evangelio".

Irene Dalmases

Barcelona, 31 ago.- Al margen de modas, el filósofo Rafael Argullol acaba de publicar "Pasión del dios que quiso ser hombre", un libro muy breve pero "muy quintaesencial" en el que se aproxima a la muerte de Jesús, y que ha provocado incluso que un amigo sacerdote le haya dicho que ha escrito "el Quinto Evangelio".

En una entrevista con Efe, el barcelonés explica que llevaba años dándole vueltas a este título, publicado por Acantilado, en el que, más que apoyarse en los teólogos para sus reflexiones, lo hace en cómo han visto los pintores al personaje, puesto que "la mentira de los artistas dice la verdad".

El libro lo ha estructurado a partir de un subjetivo relato sobre la peripecia de Jesús y de una confesión, en la que desde la primera línea deja claro que aunque no es cristiano, Cristo le ha acompañado toda la vida. "El lector verá -prosigue- por qué no siendo creyente me veo forzado a hacer un relato sobre él".

La obra se complementa al final con una veintena de ilustraciones, entre las que destacan "La Anunciación", de Fra Angelico; "La resurrección de Lázaro", de Giotto di Bondone; "La última cena", de Leonardo da Vinci; el "Cristo en la cruz" de Miguel Ángel y el "Cristo crucificado", de Velázquez, acompañados de fragmentos del texto.

En el relato entra dentro de la mente de Jesús, mostrándolo en su aprendizaje como ser humano, y cómo al llegar a ser hombre es alguien "insatisfecho, atrapado en su propia insatisfacción, por lo que sueña en la resurrección de la carne para hacerlo mejor".

Esta resurrección de la carne sería como una segunda oportunidad "para hacer bien todo lo que ha hecho mal en una primera vida", como no amar siempre de forma correcta a su madre o no tener en ocasiones un buen trato con sus mejores compañeros y amigos.

Tampoco se obvia en el texto que "al ser su muerte algo escrito por él mismo, se podría llamar técnicamente un suicidio, puesto que Jesús elige ir a la muerte, es quien ha escrito todos los renglones del libro".

En cuanto al hecho de apoyarse más en los artistas que en los teólogos a la hora de confeccionar el relato, Argullol sentencia que los artistas, como hombres que son, "traen la historia hacia lo humano, la acercan a nosotros, mientras que los teólogos la llevan hacia lo conceptual, hacia lo divino".

Por otra parte, indica que la extensión del texto es la más adecuada -no llega a las cien páginas- porque "se trataba de ofrecer como gotas de quintaesencia, no quería para nada ir a lo accesorio".

Preguntado por cómo cree que los más jóvenes pueden acceder a la obra, el escritor sostiene que "aunque no sean personas educadas en el catolicismo, sí pueden darse cuenta de que la figura de Jesús es decisiva en nuestra mentalidad, además de contar con una historia fascinante".

En su reflexión sobre las raíces del cristianismo en las sociedades occidentales, Argullol piensa que en la actualidad: "nos hemos quedado huérfanos de utopías y somos muy reacios a pensar en nuevos ideales, prefiriendo movernos en el corto plazo".

A su juicio, "las grandes preguntas están ahora ausentes de la vida cotidiana, no sé si para bien o para mal". "Para mal -continúa- porque se ha creado una vida manchada, con un lenguaje más pobre que antes, pero igual este hecho es para bien, porque las grandes preguntas hacían sufrir mucho".

En un mundo dominado por las nuevas tecnologías, Rafael Argullol cree que existen tantas razones "para pensar que viene un nuevo Renacimiento como que viene un momento oscuro" y echa en falta que los denominados intelectuales no se propongan grandes desafíos.

Para el pensador, "hay mucha ocurrencia pero muy poca gente que se plantee proyectos como los de Thomas Mann, Balzac, Picasso o Gaudí". "Ha disminuido mucho la ilusión por el desafío", concluye.

Mostrar comentarios