Raúl Midón invoca a Bill Withers y Stevie Wonder para seducir en Córdoba

  • A Raúl Midón lo despertó una noche Bill Withers, para pedirle que grabara un tema con él, algo que el genio de Virginia no hacía desde hacía treinta años, y a Bill Withers ha invocado Midón esta noche para seducir al público cordobés, que ha asistido al espectáculo que ha ofrecido en el Festival de la Guitarra.

Juan Velasco

Córdoba, 8 jul.- A Raúl Midón lo despertó una noche Bill Withers, para pedirle que grabara un tema con él, algo que el genio de Virginia no hacía desde hacía treinta años, y a Bill Withers ha invocado Midón esta noche para seducir al público cordobés, que ha asistido al espectáculo que ha ofrecido en el Festival de la Guitarra.

La anécdota que Midón ha contado es divertida, con Bill Withers llamando por sorpresa en mitad de la noche y pidiéndole que se acercara a su casa a grabar un tema, "Mi amigo cubano", cuyas sesiones quedaron inmortalizadas en el documental "Still Bill", y que hoy ha marcado uno de los momentos más especiales del último concierto que el cantante y guitarrista de Nuevo México ha dado en España.

En un festival tan definido como el de la guitarra, la peculiar y rítmica forma de tocar este instrumento de la que hace gala Midón, fruto de una mezcla imposible entre flamenco, jazz, folk y soul, ha encontrado acomodo fácil en el Teatro Góngora, prácticamente lleno ante una propuesta que ha abierto la última semana de esta cita.

Midón se ha presentado ante el público y ha iniciado el concierto con "Sunshine", que ha alargado durante 10 minutos, y que es una bella traslación imaginaria de lo que significa el amanecer para una persona ciega, como es el caso del cantante, privado de la vista por un desgraciado accidente al nacer.

La música de Midón, un artista a caballo entre el folk soul de Bill Withers o Rodríguez, el talento vocal de Stevie Wonder, y la facilidad compositiva de cualquier artista pop, es un claroscuro muy estudiado, aunque el mensaje siempre acabe tendiendo hacia la positividad.

"La libertad por repetición", decía él mismo hablando de su peculiar técnica interpretativa, que hace de él, no sólo un guitarrista excepcional, sino un hombre orquesta, que hoy en Córdoba ha tocado también el piano, la percusión y, claro está, la trompeta.

Falsa, por supuesto. Midón no la necesita. Reproduce este instrumento con sus labios y sus pulmones, y los dota de expresividad y fuerza, regando de euforia o melancolía sus composiciones.

Quizá algo cansado, tras una mini gira de tres días por España, Midón ha tocado durante casi dos horas su soul de raíces multiplicadas, que igual pica en el jazz de Charlie Parker ("Yardbird suite"), en la bossa nova ("Second chance"), en el reggae ("Invisible changes"), o en la zamba argentina ("Alfonsina y el mar") que, suponemos, aprendió de su padre.

Además de a Parker y a Mercedes Sosa, la tercera versión que interpretó fue la menos obvia: aquella loca canción de los Who llamada "I can see from miles", y que no sabemos si Midón la escogió con fina ironía hacia su título.

Menos ágil al piano que a la guitarra, el cantante, no obstante, ha tenido al público de su lado, y se ha encargado de guiarlos por el camino que ha marcado, lento y presto hacia el verdadero punto álgido del espectáculo: la versión de diez minutos de "State of mind", en la que ha exprimido la guitarra, la percusión y la trompeta hasta el límite, llevándose la ovación de la noche.

"Donde hay un deseo, hay un camino", canta el propio Midón, quien, con un álbum a punto de editarse en septiembre, quizá esté trazando el suyo para convertirse en un nuevo Bill Withers, aquel cantante que lo despertó un noche, mientras dormía en un hotel.

Y en ese camino, Córdoba y el Festival de la Guitarra, ya tienen su parada.

EFE

1011068

Mostrar comentarios