Religiosos argentinos y españoles, los pioneros iberoamericanos en Australia

  • Un grupo de monjas argentinas y sacerdotes españoles fueron los primeros iberoamericanos que poblaron a finales del siglo XIX las recién colonizadas tierras australianas, según un nuevo libro dedicado a los pioneros en este remoto continente.

Rocío Otoya

Sídney (Australia), 13 oct.- Un grupo de monjas argentinas y sacerdotes españoles fueron los primeros iberoamericanos que poblaron a finales del siglo XIX las recién colonizadas tierras australianas, según un nuevo libro dedicado a los pioneros en este remoto continente.

"Southern Cross Travellers" (Viajeros de la Cruz del Sur) del argentino Ricardo Borowiec, cuenta la llegada a Australia en enero de 1846 del barco "Elizabeth", con el obispo John Brady y un grupo de misioneros y monjas, entre ellos los sacerdotes benedictinos españoles Rosendo Salvado y Joseph Serra.

Los monjes tuvieron su primer contacto con aborígenes ese año cuando establecieron un campamento a 8 kilómetros de lo que hoy es la sede de su famoso Monasterio de New Norcia, la única ciudad monástica de Australia, fundada bajo el impulso de los benedictinos.

Según documentos recopilados por Borowiec, Salvado caminó junto a un nativo unos 130 kilómetros desde el campamento hasta la ciudad de Perth para recolectar fondos para las provisiones a través de un concierto de órgano interpretado por este monje de origen gallego.

Salvado, a diferencia de otros, fue capaz de entender a los aborígenes, a quienes acompañó en sus expediciones para cazar y compartió veladas alrededor de una fogata, y aprendió algunas palabras nativas para comunicarse directamente con los primeros pobladores de Australia.

Lustros más tarde, un grupo de monjas de la orden de las Hermanas de la Caridad de Buenos Aires llegó en 1880 al puerto de Adelaida y ocho años después se desplazó por tren al remoto pueblo minero de Coolgardie, en Australia Occidental para dejar su imperceptible huella en la construcción del nuevo continente.

La llegada en 1898 de las monjas argentinas ataviadas con sus gruesos hábitos a Coolgardie fue marcado por el encuentro con un grupo de prostitutas japonesas y después con un hombre ataviado con ropas de Oriente Medio seguido por una caravana de camellos.

De este grupo de 24 monjas que llegaron a Coolgardie bajo el ala de la madre superiora Antonia McKay, una irlandesa nacida en Argentina, seis de ellas decidieron retornar a su país, pero su líder murió en 1924 en ese remoto y próspero lugar.

Además de las monjas, la historia de Australia también la forjaron un grupo de pobladores de la Patagonia argentina de origen galés que llegaron al poblado de Moora, a unos 35 kilómetros de New Norcia, ante la sorpresa de los lugareños que esperaban la llegada de indios.

"Para su sorpresa, tenían una talla mediana y no eran gigantes como afirmaban algunos autores. Aseguraban ser colonos galeses en Chubut, en la Patagonia argentina, y por esa razón sus hijos solo hablaban español y galés", según el texto de Borowiec.

El libro de más de 250 páginas y escrito en inglés también menciona el breve exilio en Australia del expresidente chileno Ramón Freire Serrano en 1837, cuando llegó a Sídney a bordo del buque "Colocolo", lo que fue reportado entonces por el diario "Sydney Morning Herald".

Otro pasaje de este libro sobre las relaciones entre Australia y Sudamérica relata la introducción de la Palomilla del nopal (Cactoblastis cactorum) en 1925 para combatir la expansión de tunas que en pocos años cubrieron un área de 400 millones de hectáreas.

Este insecto argentino ha sido reconocido en las localidades de Dalby y Boonarga, en el noreste australiano, donde tienen una placa y un monumento dedicados por haber contribuido a salvar los cultivos agrícolas.

Asimismo Borowiec, quien emigró a Australia en 1973, da cuenta en el libro que el barco "Endeavour", en el que viajó el capitán James Cook, que "descubrió" Australia, participó en un intento británico para reclamar las islas Malvinas entre 1771 y 1774 bajo el mando de James Gordon.

Borowiec dijo a Efe que escribió el libro para explicar "en detalle y dar datos sobre la existencia de la comunicación y del intercambio comercial entre los países americanos de habla española y Australia".

El autor, que se enorgullece de ser "uno de los pocos en Australia con pasaporte y nacionalidad argentino intacto", dijo que también busca "contribuir a que las nuevas generaciones de australianos con orígenes hispanoamericanos busquen conocer la tierra de sus padres".

Mostrar comentarios