(reportaje)"¡que vienen los beatles!"

MADRID, 30 (SERVIMEDIA/IGNACIO SANTA MARÍA)

En julio de 1965, los Beatles visitaron España para dar dos únicos conciertos: uno en la Plaza de Toros de las Ventas, en Madrid, el día 2 de juinio, y otro, al día siguiente, en la Monumental de Barcelona. Fue una visita rápida e inesperada que el régimen franquista no vio con buenos ojos y que dio pie a suculentas anécdotas.
Han pasado 50 años de la mítica visita de los Beatles a España y la efeméride se está celebrando por todo lo alto. Por una parte, sale a la luz la grabación del concierto en Las Ventas, en una edición conjunta de vinilo y CD. Por otra parte, dos conciertos, en Madrid y Barcelona, servirán para rememorar aquellas actuaciones míticas de 1965. En estos conciertos de homenaje, The Bootleg Beatles, los mejores imitadores actuales de los ‘fabulosos cuatro’, coincidirán en el escenario con dos de los grupos que actuaron como teloneros de los cuatro beatles originales hace medio siglo: los Pekenikes en Madrid y los Sírex en Barcelona.
Que los Beatles vinieran a España en 1965 era algo impensable. El régimen no veía con buenos ojos la aparición en suelo español de una banda que abanderaba la causa de la rebeldía juvenil y mucho menos siendo como eran súbditos de Gran Bretaña, país con el que las relaciones en aquellos momentos eran muy tensas. Pero la tenacidad de dos españoles, el periodista musical José Luis Álvarez y el empresario Paco Bermúdez, fue capaz de superar todos los obstáculos y el sueño se hizo realidad.
Todo comenzó en la Feria de Sevilla de aquel año. Un joven y audaz José Luis Álvarez, por entonces director de la revista 'Fonograma', había escuchado el rumor de que el todopoderoso manager de los Beatles, Brian Epstein, se encontraba en la ciudad hispalense disfrutando de las fiestas. Fan acérrimo como era del cuarteto de Liverpool y aguerrido periodista, Álvarez recorrió todos los hoteles de la capital andaluza hasta dar con él.
Epstein resultó ser muy amable y, lo que más sorprendió a Álvarez, conocía bien la revista. El mánager le concedió una entrevista que acabó convirtiéndose en una animada charla casi de amigos. En un momento de la conversación, surgió la pregunta sobre si los Beatles vendrían alguna vez a España. Epstein fue sincero y respondió que no. Su argumento se basaba en los números: “De cada nuevo disco en otros países vendemos en torno a un millón de copias; en España no llegamos ni a las 4.000”.
Entonces Álvarez le replicó que en nuestro país solo había registrados 2.000 tocadiscos pero que cada fin de semana se celebraban en cualquier ciudad entre 30 y 40 guateques en los que los discos más escuchados eran los de los Beatles. “Multiplique esos casi 4.000 discos por 4.000 fiestas y 50 jóvenes en cada fiesta y tendrá una cifra real”, le argumentó.
Epstein se marchó dándole vueltas al razonamiento de Álvarez. Al cabo de unos pocos días telefoneó al empresario Paco Bermúdez con la intención de ampliar la gira europea con dos conciertos en España. Cerraron un contrato para un concierto en Madrid y otro en Barcelona. El mánager pidió 5.000 libras por los dos conciertos, un precio irrisorio si se tiene en cuenta el caché que exigieron a otras ciudades europeas. Epstein quería venir a España como fuera.
Lo cierto es que a Epstein le debió de caer muy bien Álvarez porque cuando un par de meses después llegó a Madrid acompañando a los Beatles, le permitió hacer una entrevista en exclusiva al cuarteto en la habitación del hotel Sanvy: fue una charla en profundidad, de casi cinco horas de duración, que salió publicada en 'Fonorama'.
El periodista aún recuerda la impresión que le produjeron los cuatro músicos: “Tenían una cultura, un trato y una educación exquisitos”. También rescata una anécdota que protagonizó Ringo Starr cuando se le ocurrió regalar 30 tartas de manzana al personal del hotel.
Por si esto fuera poco, el mánager también permitió a José Luis Álvarez grabar el concierto de Las Ventas con un pequeño magnetófono y cuatro micrófonos y publicarlo con la única condición de que lo hiciera con un sello propio. Para ello redactaron un pequeño contrato con la máquina de escribir de la recepción del hotel.
Esto fue algo verdaderamente insólito. De hecho, hubo otra persona que intentó grabar el concierto de Barcelona que no recibió ni de lejos el mismo trato. Fue José Luis Alberdi, propietario de una tienda de instrumentos en la Ciudad Condal, que trató de registrar el concierto de la Monumental escondiéndose debajo del escenario con un magnetófono. Epstein lo descubrió y lo echó de allí a puntapiés. La grabación que ahora ve la luz 50 años después en formato de vinilo y CD es la que José Luis Álvarez hizo en Madrid y que él ha guardado celosamente todo este tiempo.
NODO: "SIN PENA NI GLORIA"
La visita de los Beatles estuvo rodeada de un fuerte despliegue policial en las calles y en las inmediaciones de los recintos taurinos. Este hecho, unido al alto precio de las entradas (de entre 75 y 450 pesetas) desanimó a muchos a acudir a verlos en directo. Las plazas no se llenaron, si bien a la de Barcelona acudió más gente que a la de Madrid. El concierto en Las Ventas fue presentado por Torrebruno y, antes de que los Beatles salieran al escenario, actuó un largo elenco de artistas locales: Juan Cano y su Gran Orquesta, Los Rustiks, Martin’s Brothers, Trinidad Steel Band, Michel, Los Pekenikes, Freddie Davis, Beat Chics y The Modern Four.
Por fin, salieron los Beatles, con John Lennon al frente, que apareció tocado con un sombrero cordobés de ala ancha. Su actuación fue breve: apenas 12 canciones. El público pidió más pero todo fue inútil. No volvieron a salir a escena.
El régimen puso todo su empeño en minimizar los efectos de la visita de los Beatles y presentar este episodio como algo anecdótico y casi hasta ridículo. Prueba de ello es la crónica que apareció en el NODO sobre el concierto en la Plaza de Toros de las Ventas. En el noticiario, el locutor comenta con sorna que la plaza no se llenó y hace la siguiente descripción del público asistente: “Junto al bullidor elemento joven, hay familias tranquilas y señores con barba, representantes del servicio doméstico y muchachas nerviosas de las llamadas fans, y en el extremo de la barrera, la familia al completo con el nene”. La crónica termina con una demoledora sentencia: “Los Beatles pasaron por Madrid sin demasiada pena ni demasiada gloria”.
EN BARCELONA
A Barcelona viajaron al día siguiente en avión. La famosa foto de los Beatles bajando por la escalerilla del Caravell con monteras de torero en la cabeza fue tomada tras tomar tierra en el Aeropuerto del Prat. Las monteras habían sido un regalo de la cantante Franciska. En la Monumental de Barcelona, el espectáculo se abrió con la actuación de Los Shakers y los Sírex. Los Beatles salieron al final y atacaron el mismo escueto repertorio que en Madrid. La gente volvió a quedarse con ganas de más.
Por la noche los músicos británicos se alojaron en una suite de Hotel Avenida Palace donde dieron pie a una nueva anécdota. Lennon, Mc Cartney, Harrison y Starr montaron una pequeña fiesta en la habitación pinchando música a gran volumen. Los huéspedes de las habitaciones colindantes se quejaron del ruido a la recepción del hotel.
Entonces tuvo que intervenir el empresario Paco Bermúdez, que acudió en pijama hasta la habitación de Brian Epstein y golpeó su puerta. El mánager apareció en el umbral de la puerta de la habitación desaliñado y en pijama. Cuando entendió lo que ocurría le dijo: “Espere un momento”. A los 10 minutos reapareció aseado, afeitado, peinado y con un traje impecable y se dirigió solemne a la suite de los Beatles. Llamó a la puerta y con una mezcla de tranquilidad y firmeza ordenó: “Chicos, es muy tarde. A dormir”. Los músicos pararon la juerga de inmediato. Bermúdez se quedó impresionado: “¡Qué lección nos dio! Hizo eso para infundir respeto en los artistas. Si hubiera ido en pijama como yo, no le habrían hecho caso”.
Así fue el paso de los Beatles por nuestro país hace ahora medio siglo. Una visita totalmente insólita e improbable. Solo unos pocos miles pudieron ser testigos directos de aquellos conciertos. Al menos ahora, todo el que lo desee podrá tener acceso a la grabación del concierto de Madrid. Un concierto que, según todos los testigos, aunque breve, fue realmente bueno.

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