Roberto Enríquez es Viriato en "Hispania", un personaje trágico y humano

  • Madrid.- El actor Roberto Enríquez se ha metido en la piel de Viriato en la nueva serie de Antena 3, "Hispania", un personaje "trágico" y "humano" que él asume como un "reto" al ser una referencia histórica que ha sido elevada a la categoría de mito nacional.

Roberto Enríquez es Viriato en "Hispania", un personaje trágico y humano
Roberto Enríquez es Viriato en "Hispania", un personaje trágico y humano

Madrid.- El actor Roberto Enríquez se ha metido en la piel de Viriato en la nueva serie de Antena 3, "Hispania", un personaje "trágico" y "humano" que él asume como un "reto" al ser una referencia histórica que ha sido elevada a la categoría de mito nacional.

"Aunque Viriato no empieza siendo un héroe formidable, más bien está contemplado como un antihéroe, un tipo al que las circunstancias lo abocan a luchar contra los romanos", explica Enríquez ("Gonzalo" en la serie "La señora") en una entrevista telefónica con Efe.

Así, el personaje que al inicio de la serie es un simple pastor del siglo II antes de Cristo -"un ermitaño que vive de espaldas a la sociedad", en palabras de Enríquez-, poco a poco se va a convertir, por las circunstancias que lo rodean, en el principal líder de la resistencia contra los romanos".

Este planteamiento del personaje, que es por un lado un ser humano corriente, plagado de aristas, y por otro, un líder guerrero, cautivó al actor desde el principio.

"A mí, hacer un héroe tipo cómic la verdad es que me habría interesado poco. A mí lo que más me interesa es acercarme a la esencia humana, que es contradicción y contraste", señala el actor.

Y es que Viriato no fue un caudillo cualquiera. Frente a otros muchos guerreros de la época, el hispano destacó por su altruismo y su inteligencia táctica a la hora de plantear los ataques contra los invasores.

"Viriato era un líder que, cuando conseguía un botín, lo repartía entre los hispanos que estaban siendo oprimidos y él no se quedaba con nada", detalla Enríquez.

"Según dicen los historiadores, era un tipo que se reunía todas las noches con sus hombres para pedirles consejo o para escucharlos", añade.

Enríquez declara que Viriato le resulta un "personaje precioso", en parte porque la época en la que se desenvuelve le interesa, pero "fundamentalmente" porque el protagonista de "Hispania" es un personaje diferente del "mefistofélico y maquiavélico" Marqués que tantos éxitos le granjeó en la serie "La señora".

Al preguntársele por el carácter de "Hispania", que previsiblemente llegará a la pequeña pantalla a finales de este mes, Enríquez considera que esta producción de "Bambú" es un compendio de acción, una "serie de guerra" -hasta un 70 por ciento son exteriores, detalla-, pero también "un travelling interior" hacia los personajes, hacia su personalidad y hacia los conflictos que genera una guerra.

"A mí lo que me gusta es que no es una serie tontorrona, de acción y épica solamente, sino que tiene algo más", sentencia.

Eso sí, al ser una serie en la que la acción tiene gran protagonismo, el rodaje, cuyos exteriores se desarrollan en la comarca de La Vera (Cáceres) se presenta con altas dosis de ejercicio físico. De hecho, el actor manifiesta moverse "entre el sufrimiento y el goce" por ello.

"Yo tengo una rotura fibrilar en el cuádriceps que me estoy tratando. Todos tenemos el cuerpo magullado, el que no tiene un espadazo, tiene moratones y arañazos por las piernas y por todas partes. Estamos acribillados por los tábanos y llevamos ropas que pesan diez kilos", enumera el actor.

"La verdad, no es por hacerme el quejica, pero es duro de cojones", admite entre risas el actor.

En cuanto a los puntos fuertes de "Hispania", Enríquez señala a los personajes, a la propia historia y su época, a la estética de la serie, y a los actores -Juan José Ballesta, Hovik Keuchkerian, Ángela Cremonte, Alfonso Bassave, Lluís Omar, Natalie Poza y Ana de Armas, entre otros-; "un pedazo de reparto", afirma.

Sobre el futuro, el actor confiesa que tras "Hispania" se plantea algún descanso, parar y hacer otra cosa, ya que considera que no se puede estar demasiado presente en la televisión "porque acabas quemándote".

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