Rolling Stones en Rio: más "satisfaction" imposible

  • Los Rolling Stones inyectaron una vez más su "simpatía por el diablo" a Rio de Janeiro.

El legendario estadio Maracaná, con capacidad para 67.000 espectadores, estaba el sábado a reventar y cuando "Start Me Up" abrió el show se vino abajo en aplausos.

Pero parecía un concierto íntimo comparado con la gigantesca presentación gratuita de 10 años atrás en la playa de Copacabana, el mayor espectáculo de la historia de la banda, que reunió entonces a entre 1,2 y 1,5 millones de personas.

¿Será la última vez que el cuarteto de septuagenarios venga a Brasil? Hace una década se pensó que lo sería y la banda de rocanrol más grande de la historia, formada en 1962, volvió con un show cargado con la misma energía.

Fueron dos horas de grandes clásicos con sus 'majestades satánicas' Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood, que realizan una gira por Latinoamérica en el tour Olé.

"Hola Rio, ¿qué dicen cariocas?", preguntó Mick Jagger en claro portugués al arrancar el concierto. Vestía su clásico atuendo de jeans y camiseta negra, colocándose camisas de seda de llamativos colores a lo largo del show. Una especie de bufanda de plumas lo adornó durante "Sympathy for the Devil".

"Hace 10 años tocamos en Copacabana, ¡que bueno verlos de nuevo!", siguió claramente emocionado desde la impresionante tarima de 20 metros de alto --equivalente a un edificio de siete pisos-- y 60 de ancho, con pantallas LED de 208 m2 a sus espaldas.

"¡Que calor!", dijo Jagger en un punto del concierto. Tenía razón.

Pero los más de 30 grados que sofocaban a Rio de Janeiro no le impidieron hacer esas coreografías que tanto le caracterizan, que se sumaron a un intento de samba en el inicio. Jagger corrió, habló siempre con el público, le puso entusiasmo al concierto y el Maracaná se lo agradeció con interminables aplausos.

La boca con la lengua afuera clásica de la banda británica estaba plasmada como una insignia en un uniforme en camisetas, gorras y hasta en tatuajes en la piel.

Como el que tenía Fabio Costa, de 36 años, en la espalda. "Me lo hice por el 99, 2000. No pude ir a Copacabana porque en esa época vivía en Australia, allá sí los vi. Ahora, verlos en Rio es un sueño. Soy un verdadero fanático", dijo a la AFP justo después de que moviera su camiseta en el aire, imitando a Jagger, durante "Jumpin' Jack Flash".

La banda británica ya conocía el Maracaná, donde tocó por primera vez en 1995, en un concierto que muchos recuerdan como épico. Massio Duarte (47) estuvo allí.

"Y no sólo ahí, también los vi en Copacabana, en Sao Paulo. Soy casi un historiador del grupo", bromeó antes de entrar al show con su ahijada Camila Duarte (24), que debuta este sábado.

"Espero oír todos los clásicos que Massio me enseñó desde niña", indicó. Y sonaron.

"Angie", "Paint It Black", "Miss You" y "Brown Sugar" estuvieron en el repertorio.

Y claro, Jagger también se le presentó de nuevo al diablo con simpatía.

Los Stones vienen de tocar por primera vez en Montevideo, en una gira que pasó por Buenos Aires y Santiago, y que sigue en Sao Paulo y Porto Alegre. Todos los conciertos en estadios de fútbol, de allí el nombre Olé de la gira.

"No sé por qué pero los extraño, chicos", dijo por su parte Richards, que interpretó dos temas.

Al introducir la banda, Jagger presentó a Ronnie Wood como la "mascota de los Juegos Olímpicos" que el 5 de agosto verán su llama encenderse en el mismo Maracaná.

El "Oooh oooh oooh" en "Miss You" fue acompañado con afinación magistral por el público en el Maracaná. Lo mismo en "Paint It Black"... Y en muchas otras.

"Ustedes cantan bien", dijo el vocalista... "¡Sí!", se escuchó de una chica entre el público tratando de responderle.

Jagger dijo en 1975 a la revista People que prefería "estar muerto a continuar cantando 'Satisfaction' a los 45 años"... Hoy tiene 72 y no podía sino cerrar el concierto con ese clásico de 1965.

"Vamos entonces", dijo antes de que comenzara a sonar la guitarra... "I can't get no... satisfaction".

¿El último concierto? Difícil responder. En la tarima, los Rolling Stones parecen inmortales.

jt/lm

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