Russian Red electriza la noche madrileña con el estreno de "Agent Cooper"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 3 mar.- El estreno en vivo de "Agent Cooper", el disco americano y eléctrico recién publicado por Russian Red, ha cobrado visos esta noche de gran acontecimiento social, con un aforo lleno hasta la bandera en La Riviera de Madrid y un sinfín de rostros conocidos entre el público.

El músico y showman Mario Vaquerizo, el cocinero Darío Barrio, los actores Marta Etura, Eloy Azorín y Julián López y el director Nacho Vigalondo son algunas de las muchas celebridades que han ocupado la grada VIP, elevada sobre una pista a reventar, con un cómputo global por encima de los dos millares de personas.

"Habéis convertido una noche de invierno en una noche de verano", ha dicho Lourdes Hernández, la mujer detrás del seudónimo de Russian Red, ante la gran respuesta que la capital ha ofrecido, un día antes de su llegada a Barcelona, al primero de sus conciertos patrocinados por una gran empresa de telefonía móvil.

Más que un arranque de gira, a tenor de lo visto se puede decir que lo de esta noche ha sido un apunte de lo que será, primero, porque a él se accedía por invitación, segundo, por la brevedad del repertorio y, tercero, por la necesidad de pulir algunos detalles y, sobre todo, dar mayor empaque a esta Russian Red electrizada por la producción de Joe Chiccarelli.

Del nuevo disco ha tocado nueve de los doce cortes hasta superar por poco la hora de duración, en la primera ocasión en la ciudad de disfrutar de la nueva faceta más roquera de la madrileña.

Lástima que ese intento de infundir a su música nuevos bríos guitarreros no hayan conseguido contagiar al público, un tanto estático durante todo la velada ante una mayoría aplastante de canciones de su nuevo disco, el cual se estrenó hace solo una semana y ha tenido de momento muy poco recorrido.

Se ha hecho evidente, sobre todo, porque la respuesta anímica ha sido mucho más sonora cuando Hernández ha acometido los temas más conocidos, empezando por el sencillo "Casper" y algunos clásicos ya de su producción, como "The sun the trees", "Cigarettes" o "I hate you but I love you", de sus anteriores discos "I love your glasses" y "Fuerteventura".

Dice Hernández que ahora se siente más cómoda en la piel de "artista" y eso se palpa en su forma de presentarse, tanto en su vestuario, más desenfadado, con unas llamativas cuñas completamente doradas y un vestido corto de flecos, como en su actitud, más segura sobre el escenario y empuñando su guitarra eléctrica.

Aunque en vivo aún es evidente respecto a la grabación original la pérdida de matices con el formato de quinteto, no hay que perder de vista el cambio suscitado en la hasta ahora niña buena del indie patrio, que ha logrado ofrecer algunos fogonazos, sobre todo en el último corte previo a los bises, "Anthony". Esto es solo el principio.

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