'Sálvame a.C.': Electra, una historia de muertes, ansiolíticos y tribunales

  • El Teatro Real acaba de estrenar la ópera 'Elektra' de Richard Strauss: una telenovela en toda regla en clave clásica. Hacemos un repaso por la influencia y la permanencia de la mitología y la literatura griega en la cultura actual occidental.
Electra, invitada estrella en 'Sálvame a.C.'
Electra, invitada estrella en 'Sálvame a.C.'
James Jackson | Evening Standard | Getty Images
Ylenia Álvarez

Feliz como una perdiz Menón vuelve a casa tras un período fuera. Se va a un spa para relajarse del viaje con su querida amiga con derecho a roce Casandra. Sin embargo, en el lugar se presenta su mujer Clite y también el amante de ésta, Gisto. Sí, sí, eso, todos juntos y revueltos en el mismo lugar.

Un show, por cierto, nada casual, ya que Clite y Gisto van dispuestos a todo y finalmente se cargan a Menón, y Casandra de rebote, también cae.

Pero a Clite le sale el tiro por la culata, como suele decirse, porque consigue el enfado monumental de su hija Electra, que abandona los privilegios de casa de mamá para vivir en un cuchitril. Su hermana Cris, en cambio, prefiere quedarse, y su hermano Ore anda quién sabe dónde sin preocuparse lo más mínimo.

Hasta que un día se le cruza un cable, se preocupa, y se lía una buena porque decide vengarse con ayuda de su hermana Electra y sus amigos. Uno no se puede cargar a alguien así como así y parece que ni tus hijos pueden perdonarte. Total: que Ore mata a su madre y a su amante gracias a un urdido plan.

Claro que… luego termina loco y pasa tiempo en un psiquiátrico tomando ansiolíticos, pero tras el juicio, donde dicen que no estaba en sus sanos cabales, se queda más tranquilo.

Electra, mientras tanto, se da la gran vida con el mejor amigo de su hermano, con el que se casa porque siente que tiene valores, y de paso, buen bolsillo y sangre azul.

Los clásicos en la cultura actual

Esto que parece el argumento de una telenovela argentino-colombiana es en realidad la historia del personaje de la mitología griega Electra, narrado, entre otros, por los grandes clásicos Eurípides y Sófocles (eso sí, con licencias en los nombres de los personajes)*. Podría ser también el argumento de un reallity-show de los que abundan ahora o incluso, si nos ponemos más serios, una página de un periódico que nos descubre que la vida real siempre supera a la ficción y que es aún más dramática, cruel, y dolorosa.

Electra, Medea, Lisístrata, Edipo Rey, Orfeo y Eurídice, Antígona, Dido y Eneas… son sólo algunos de los personajes protagonistas que ya conmovían y cautivaban en la Grecia Clásica en el siglo I a. C. Ahora, en pleno siglo XXI, estos personajes siguen siendo un reclamo para la cultura occidental y llenan teatros y óperas casi cada día. Su contribución en la literatura, en el cine y en la forma de narrar es indiscutible.

Algunos de estos personajes continúan en nuestros días bajo sus nombre de siempre, los inspirados propiamente en la mitología, y otros han sido convertidos en Romeo y Julieta, Madame Butterfly, Ana Karenina u Oliver Twist, por citar a algunos. Los estereotipos de entonces han permanecido y sólo basta con un mínimo detenimiento para darse cuenta.

La historia del amor imposible

Si buscamos una historia de amor prohibido enseguida se nos viene a la cabeza Romeo y Julieta de William Shakespeare. Sin embargo, esa idea de dolor que se extrae de la obra, ese final trágico por la muerte del amado ya estaba presente en la historia mitológica de Orfeo y Eurídice (que también ha sido llevada como tal a la ópera por Monteverdi y Gluck, por ejemplo), y que hoy continúa con otras como Tres metros sobre el cielo y seguirá con otras tantas similares.

El mismo camino sigue el mito de Dido y Eneas plagiado por Bellini en una de las esculturas más bellas de todos los tiempos, e igualmente en la famosa ópera de Henry Purcell del mismo nombre.

El drama familiar

La historia de Edipo Rey es una de las tragedias clásicas más representadas en todos los teatros. Llevada al cine por Paolo Pasolini, el drama familiar que desencadena ha dado pie también a otras versiones y personajes bajo el mismo marco, como por ejemplo la película de Bertolucci, La luna, la canadiense Incendies o El mensajero del miedo, un remake con Meryl Streep, donde se usaba el complejo de Edipo para manipular al protagonista.

La película Un soplo del corazón y la canción The End, escrita por Jim Morrison son también buenos ejemplos.

El matriarcado o la heroína

Medium o Cazafantasmas son sólo dos series actuales con mujeres con supuestos poderes como protagonistas. Nada nuevo si contamos con el personaje mitológico de la sacerdotisa Medea, que Eurípides llevó a la literatura y al teatro.

Heroína donde las haya, Medea sobrevivió a la tragedia y lejos de morir, se hizo inmortal. Un final que en casi todas las películas o novelas con un personaje parecido, de alguna manera, también ocurre respaldado por la idea de la felicidad (que en la actualidad podemos considerar como una máxima como la inmortalidad lo era antiguamente).

El personaje cómico

Lisístrata es esa mujer cómica, la Aída de nuestros días, la antagónica en cierto modo a la dramática heroína. Ese personaje mitológico que inspiró al escritor Arisfófanes es otro de los ejemplos de trascendencia de los clásicos y de la forma de narrar. En España se creó una película de nombre homónimo interpretada por Maribel Verdú que pasó sin pena ni gloria.

De mayor relevancia fue el Proyecto Lisístrata, un acto teatral mundial que se llevó a cabo en 2003 de manera simultánea en más de 42 países en favor de la paz.

La venganza

Por su parte, el Teatro Real acaba de estrenar el viernes pasado la ópera Elektra de Richard Strauss. Una prueba de la vigencia del relato y de la obra en sí. Basada en la obra de Sófocles en la que impera el dolor y el drama como aliados del eje central de la trama: la venganza. En ella Strauss deja que Elektra, extasiada por la victoria del 'ojo por ojo' y 'diente por diente', muera al final del último acto como prueba de tragedia absoluta.

Eugene O'Neill recreó también el mito en A Electra le sienta bien el luto y Jean Paul Sartre hizo lo mismo en su obra Las moscas.

Comemos y bebemos de los clásicos. Podemos renegar, acusarles de aburridos y pasados de moda, pero un minuto de 'Sálvame', de la comedia de estreno de moda o de una historia personal de andar por casa bastan para darse cuenta de su pervivencia. Ahora... reflexiones a parte, el Real ofrecerá la posibilidad hasta el 15 de octubre para deleitarse con este nuevo montaje de la ópera de Straus.

*Los personajes reales son: Electra (Electra), Agamenón (Menón), Climenestra (Clime), Casandra (Casandra), Egisto (Gisto), Chrysothemis (Cris) y Orestes (Ore).

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