Sant Jordi, un oasis de alegría que pone un paréntesis a la crisis

  • Buen tiempo, día laborable, 23 de abril. Otro Sant Jordi e, igual que en los últimos años, un "oasis de alegría", en palabras del presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Xavier Mallafré, en el que tanto es posible cruzarse con Albert Espinosa y Jorge Javier Vázquez como adquirir una rosa roja.

Irene Dalmases/Jose Oliva

Barcelona, 23 abr.- Buen tiempo, día laborable, 23 de abril. Otro Sant Jordi e, igual que en los últimos años, un "oasis de alegría", en palabras del presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Xavier Mallafré, en el que tanto es posible cruzarse con Albert Espinosa y Jorge Javier Vázquez como adquirir una rosa roja.

Miles de personas recorren desde primeras horas de la mañana las principales vías urbanas de las ciudades catalanas, con una afluencia notoria en las cercanías de la barcelonesa plaza de Cataluña, donde la gente se interesa por la última novedad literaria, pero también por el programa en directo de la televisión catalana o por regalar una flor a las personas queridas.

Por un día, millones de ciudadanos pasean por las calles ávidos de participar en una fiesta cultural y social que supone un paréntesis entre las vicisitudes de la crisis.

Un día que tanto mueve a la señora Antonia del barrio de la Salud de Badalona a buscar al presentador de "Sálvame" para saludarle entusiasmada, como al presidente de la Generalitat, Artur Mas, a entrar en una céntrica librería para recitar unos poemas en francés.

Es también la jornada en la que centenares de escolares y jóvenes estudiantes de secundaria van en grupo con sus flores en la mano, aunque a uno de ellos se le ha visto llorando desconsolado porque la persona escogida no ha querido ser receptora de la rosa que le ofrecía.

Otros que aprovechan el día son los que defienden diferentes causas, desde la independencia de Cataluña a un Tibet libre.

La fiesta es, igualmente, para los escritores y su literatura, a los que se han sumado desde hace ya unos cuantos años muchas caras conocidas de la pequeña pantalla que escriben libros, ya sean sobre la natación sincronizada, la cocina ecológica o los enigmas de la jungla.

El escritor Javier Cercas ha manifestado, sin dudarlo, que se trata "del mejor invento del mundo", como lo evidencia que todas las personas de fuera que lo conocen acaban prendados con la celebración y si pueden repiten la experiencia.

Matilde Asensi tampoco ha parado de firmar libros, igual que Rosa Regàs, Ildefonso Falcones, Jordi Sierra i Fabra, la debutante Dolores Redondo o Rosa Montero, con fieles lectores, con viejos ejemplares para los que pedían una firma.

Sin olvidar a un clásico como Carlos Ruiz Zafón, con seguidores esperándole desde las siete de la mañana.

Cada vez más, es, asimismo, el día en el que algunos autores extranjeros se acercan hasta la capital catalana para mantener el contacto con los lectores y conocer en primera persona la fiesta.

De la fría Suecia ha venido en esta ocasión una cálida Asa Larsson, pero también están firmando durante todo el día Sarah Lark, el italiano Federico Moccia o Amin Maalouf, quien vive su tercer Sant Jordi, una fiesta de la que le gusta la "atmósfera" que genera entre la ciudadanía.

Por otra parte, son quilométricas las colas que se han formado durante el día ante los autores denominados mediáticos, desde Albert Espinosa, aunque él no se considera como tal, a Frank de la Jungla, acompañado por un cámara.

En algunos momentos ha habido incluso quien ha sufrido por su integridad, tal ha sido la atracción de personas que han provocado personajes como Risto Mejide, Mario Vaquerizo o un imparable Jorge Javier Vázquez, que le ha llegado a espetar a una señora: "Ni doy besos ni toco niños".

El mediodía ha servido para los tradicionales cócteles literarios, organizados habitualmente por Random House Mondadori y por los catalanes del Grup 62, unos ágapes en los que se reúnen escritores, editores, agentes literarios, políticos y periodistas, en los que las cuestiones de actualidad surgen de corrillo en corrillo.

Para que la jornada acabe redonda ya solo cabe esperar, al menos para los barcelonistas, que hoy sea también el día de Leo Messi. EFE

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