Silva invita con el género negro a sacudirse los clichés de la Guardia Civil

  • San Lorenzo del Escorial (Madrid).- El género negro puede servir, según Lorenzo Silva, uno de sus más fieles adeptos, para sacudirse muchos estereotipos y "clichés rancios", como el que pesa sobre la Guardia Civil, institución militar a la que rinde constante homenaje en sus novelas sobre Bevilacqua y Chamorro.

Silva invita con el género negro a sacudirse los clichés de la Guardia Civil
Silva invita con el género negro a sacudirse los clichés de la Guardia Civil

San Lorenzo del Escorial (Madrid).- El género negro puede servir, según Lorenzo Silva, uno de sus más fieles adeptos, para sacudirse muchos estereotipos y "clichés rancios", como el que pesa sobre la Guardia Civil, institución militar a la que rinde constante homenaje en sus novelas sobre Bevilacqua y Chamorro.

Silva ha participado hoy en El Escorial en el curso sobre novela negra dedicado por la Universidad Complutense a Pepe Carvalho, mítico personaje del género inventado por Manuel Vázquez Montalbán, con quien ha compartido la filosofía de que "lo único que interesa de las cosas es lo que está oculto, lo que no es visible".

"Lo que ha hecho que el género negro tenga relevancia es gente como Vázquez Montalbán, gente que busca el sustrato oculto de la realidad", ha afirmado Silva.

Durante su conferencia, el escritor madrileño ha realizado un minucioso retrato de la Guardia Civil, fuerza de seguridad la que forman parte el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, que ha elogiado "sin ningún tipo de prejuicio", invitando a sacudirse "todos los clichés casposos" acuñados durante la época del franquismo, que para el autor fue "la peor" de la institución.

El escritor madrileño ha dejado claro su perfecto conocimiento de la Guardia Civil, tanto por ser su padre militar como por la década que pasó ejerciendo como abogado, en la que hubo de tratar con policías, guardias civiles, jueces y también con todo tipo de delincuentes y asesinos.

En su intervención, Silva ha explicado que la génesis de su pareja preferida de guardias civiles surgió durante el Servicio Militar Obligatorio, al haber en su acuartelamiento un "tipo muy extraño" que pertenecía al instituto armado a pesar de no responder al perfil que se supone debía tener un agente de esa fuerza.

Silva ha asegurado que, en su época de abogado, le llamó la atención el "perfil constante" de la Guardia Civil de profesionalidad y cumplimiento escrupuloso del ordenamiento jurídico, rasgo que "aún hoy caracteriza" al instituto armado, en su opinión.

"En este país todo el que tiene poder se corrompe; todos sabemos de la indulgencia de los políticos y los jueces para con sus compañeros que cometen delitos, pero cuando un guardia civil pilla a un compañero delinquiendo, no hay indulgencia posible", ha subrayado.

El autor ha recordado que, según el Código por el que se rigen los agentes, el honor es "su prioridad" y, una vez perdido, no se recupera jamás. "Ese jamás -ha subrayado- lo tienen grabado a sangre y fuego en la cabeza incluso los guardias civiles corruptos, que los hay como en todos los Cuerpos de Seguridad del Estado".

El ganador del Premio Nadal en 2000 por "El alquimista impaciente", su segunda novela sobre Bevilacqua y Chamorro, ha recordado que la Guardia Civil nació de la España liberal y con el deseo de erradicar el bandolerismo y el caciquismo feudal propio de la época.

No obstante, el autor ha destacado que algunos casos de corrupción, como el protagonizado por Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil, hicieron tanto daño a la institución que "sus ecos han llegado hasta nuestros días", en los que aún existe un alto porcentaje de población, sobre todo de carácter "progresista", con una percepción negativa de todos los cuerpos policiales y uniformados.

"Frente a esa pose, la realidad cotidiana de su trabajo desmiente que hoy día la Guardia Civil sea un factor de represión", ha indicado el escritor, quien ha justificado que en sus novelas Bevilacqua sea el jefe, y no Chamorro, porque -ha dicho- "no sería verosímil" al revés, al llevar las mujeres mucho menos tiempo que los hombres en la institución.

Poner a trabajar a un hombre y una mujer juntos es "darle carta de naturalidad" a este hecho, según su creador, quien, después de seis novelas con la misma saga -la última de ellas, "La estrategia del agua" (2010)- ha puntualizado que si algún día ambos tienen un episodio sentimental será algo "puramente anecdótico, porque no es eso lo que quiero contar".

Concha Carrón.

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