Sin trofeos en la última corrida de la Feria de Valladolid

  • La quinta y última corrida de la Feria de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid ha terminado sin que ninguno de los tres espadas, Leandro, Iván Fandiño y Daniel Luque, consiguiesen un trofeo.

Valladolid, 8 set.- La quinta y última corrida de la Feria de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid ha terminado sin que ninguno de los tres espadas, Leandro, Iván Fandiño y Daniel Luque, consiguiesen un trofeo.

Se ha lidiado un toro de José Manuel Sánchez, otro de Torrealba, sustituto de otro de la ganadería anterior devuelto a los corrales por inválido y cuatro de Castillejo de Huebra. Manejable el primero, ha sido malo, áspero y violento el segundo y los de Castillejo de Huebra han resultado toreables tercero y sexto y parados y descastados cuarto y quinto.

Leandro, saludos tras aviso y silencio.

Iván Fandiño, saludos y saludos.

Daniel Luque, saludos tras aviso y aplausos.

Suso y José Andrés González saludaron montera en mano tras banderillear al cuarto toro.

A punto de concluir el primero de la tarde un joven holandés ha saltado al ruedo para protestar contra las corridas y la celebración del Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid).

Menos de un cuarto de entrada en tarde muy agradable.

TARDE PLÚMBEA EN VALLADOLID

Al primer toro de la tarde realizó Leandro una faena muy entonada en la que sobresalieron varias tandas con la derecha de bella factura. Con la zurda no consiguió el diestro cogerle el aire antes de instrumentar unas ceñidas manoletinas. Los aceros, ay, le privaron de un trofeo seguro. En el segundo de su lote, que brindó al publico, no logró el triunfo esperado porque no hubo entendimiento entre el toro y el torero.

El segundo de la tarde salió cayéndose y ante invalidez tanta fue devuelto a los corrales con premura. Su sustituto, de Torrealba, no permitió florituras a su matador Ivan Fandiño, quien a base de voluntad y valor logró algunos muletazos más vibrantes que lucidos. También tuvo que insistir mucho para torear a su segundo. A fuerza de coraje y amor propio lo logró en algunos momentos.

Una faena intermitente, deshilvana y sin exponer un alamar realizó Daniel Luque al primero de su lote, un toro que embestía bien a ambos pitones y que tras la estocada murió en el centro del ruedo. En el último toro de la feria surgió el mejor momento e la tarde al instrumentar Luque seis verónicas y media de seda. Después la faena tuvo momentos brillantes que el mal uso de la espada se encargó de ensombrecer.EFE

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