Sólo ovaciones por el poco fuelle del ganado en una tarde soporífera en San Sebastián

  • San Sebastián.- Solamente ovaciones fue el escaso balance del festejo celebrado hoy en San Sebastián, premio al esfuerzo realizado con una corrida de muy poco fuelle.

Sólo ovaciones por el poco fuelle del ganado en una tarde soporífera en San Sebastián
Sólo ovaciones por el poco fuelle del ganado en una tarde soporífera en San Sebastián

San Sebastián.- Solamente ovaciones fue el escaso balance del festejo celebrado hoy en San Sebastián, premio al esfuerzo realizado con una corrida de muy poco fuelle.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de "El Tajo" -segundo, tercero y sexto-, y de "La Reina", del mismo encaste y casa ganadera, bien presentados aunque desiguales, flojos y bajos de raza. Corrida con escaso fondo, que cumplió en el caballo, pero apagada en la muleta.

David Fandila "El Fandi": estocada desprendida y tendida, y cuatro descabellos (ovación); y tres pinchazos, estocada y dos descabellos (silencio tras aviso).

Sebastián Castella: casi entera baja y estocada (ovación); y dos pinchazos, media y dos descabellos (ovación tras aviso).

Miguel Ángel Perera: pinchazo y estocada desprendida (ovación tras aviso); y dos pinchazos y estocada (silencio tras aviso).

En cuadrillas, saludaron Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero en el tercero, y Javier Ambel en el quinto.

La plaza tuvo algo menos de media entrada en tarde que amenazó lluvia, con la cubierta a medio cerrar.

----------------------

VUELTA A LA CALMA MALA

Volvió la feria a los mínimos de siempre. Tras la tempestad del día anterior a cargo de Talavante, de nuevo la calma, entiéndase ésta como el más absoluto aburrimiento. Tarde desesperante de toros, y en parte también de toreros.

La plaza de San Sebastián está en un momento crítico, sobre todo por la falta de interés en los festejos que se están dando esta Semana Grande, excepción hecha una vez más con lo de Talavante.

La corrida de "El Tajo" y de "La Reina", los dos hierros de "Joselito", que el año pasado fue triunfadora en esta plaza y feria, en esta ocasión es seguro que no va a optar a nada. A nada bueno, se entiende.

Un primer toro escaso de fuerzas, y muy en el límite de la raza. "El Fandi" lo saludó con dos largas cambiadas pegado a tablas, y unos bonitos lances a pies juntos. El toro blandeó antes de ir al caballo, y apenas se le picó.

Con las banderillas, el espectáculo de siempre. "Fandi" clavó con seguridad a la "moviola" de poder a poder y de dentro a fuera "al violín". Fácil y muy vistoso. En la muleta respondió el toro a media altura, pero fue poca cosa. Le faltó repetir y se paró enseguida.

El cuarto, mitad sosito -con la cara natural, sin humillar y embistiendo al paso- mitad descompuesto, tampoco aportó nada. En panorama tan desolador la poca chispa la puso el torero, aunque sin llegar a nada.

A Castella se le vio especialmente motivado en sus dos toros, sin embargo, desfondándose al tiempo que sus toros terminaron negándose.

Elegante y suficiente frente a la brusquedad de su primero, que pegaba tornillazos al final de los pases. Cuando consiguió corregirle el defecto a base de temple, el toro terminó viniéndose abajo, buscando las tablas sin disimulo.

El quinto, blando como el resto de la corrida, empezó tomando los engaños por abajo, pero apagándose muy pronto. Castella le quiso buscar las vueltas en las cercanías, aunque sin conseguir armar faena.

Perera tuvo también un primer toro muy apagadito con el que se esforzó una barbaridad. Faena muy trabajada y tan larga como para que sonara un aviso antes de montar la espada.

Y algo parecido con el sexto, éste el toro más aparente del encierro, que al menos regaló diez o doce arrancadas por el pitón derecho que hicieron prometer lo mejor. Pero al cambiar de lado, el toro se vino abajo, haciendo inevitablemente los muletazos de uno en uno, demasiado espaciados.

Aún así Perera insistió en las cercanías en busca otra vez del parón, que, ahora sí, le salió en un par de "ochos" casi perfectos, haciendo girar al toro en un espacio mínimo. Aviso otra vez antes de montar la espada, que no entró hasta el tercer viaje.

Juan Miguel Núñez

Mostrar comentarios