Sólo tres ovaciones, en una deslucida tarde de toros en Gijón

  • Sólo tres ovaciones en la tarde, dos para Daniel Luque y una para Juan del Álamo, fueron el gris balance del festejo celebrado hoy en Gijón, segundo de su Feria de Begoña, en el que los inválidos toros del Puerto de San Lorenzo impidieron cualquier atisbo de espectáculo.

Gijón, 12 ago.- Sólo tres ovaciones en la tarde, dos para Daniel Luque y una para Juan del Álamo, fueron el gris balance del festejo celebrado hoy en Gijón, segundo de su Feria de Begoña, en el que los inválidos toros del Puerto de San Lorenzo impidieron cualquier atisbo de espectáculo.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de El Puerto de San Lorenzo, bien presentados, pero muy justos de fuerzas y deslucidos. Cuarto y quinto, los que más se prestaron.

Daniel Luque: estocada "en el rincón" (ovación); y estocada (ovación tras petición).

Juan del Álamo: dos pinchazos y estocada (silencio); y dos pinchazos y estocada (ovación).

Jiménez Fortes: estocada (silencio); y estocada en la suerte de recibir (silencio).

La plaza tuvo media entrada en tarde agradable.

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LOS TOROS SE CARGAN LA TARDE

Daniel Luque se enfrentó en primer lugar a un toro manso y muy medido de fuerzas. El joven espada sevillano dibujó bonitas verónicas en el recibo y, también, espléndidas chicuelinas para llevarlo al caballo. Pero en la muleta no pudo ser.

El animal perdía las manos cada dos por tres, y Luque tuvo que llevarlo siempre a media altura en una faena estética pero sin profundidad y ayuna de emoción por culpa de la claudicante condición de su antagonista. Saludó tras una ovación.

El cuarto tuvo algo de mejor condición, y Luque, que volvió a brillar manejando el capote tanto a la verónica como por chicuelinas, cuajó una buena e interesante faena, que contó con bellos pasajes sobre ambas manos ante un toro que fue a más a medida que transcurría su lidia.

Mató bien y se pidió la oreja, mas la autoridad decidió no concedérsela, conformándose finalmente el de Gerena con otra ovación.

Juan del Álamo apenas pudo mostrarse voluntarioso con un primer toro blando y sin fondo: a la mínima que se le apretaba rodaba por el albero. Silencio en la grada.

El quinto le ofreció algo más de posibilidades, pero aquí Del Álamo, que toreó con reposo y gusto tanto a derechas como al natural, perdió el premio por culpa de la espada.

Fortes tampoco pudo brillar en su debut en Gijón frente a un primero de su lote en el límite de la invalidez al que no pudo ligar ni un sólo pase. Y por si fuera poco, en los últimos compases del tercero, el toro se partió una pata, antes de que el diestro montara la espada. El enfado de los tendidos era de aúpa ya en esos momentos.

El sexto se quedaba a mitad del muletazo, aunque lo que aquí molestó de verdad fue el viento que se levantó, que propició que la faena de Fortes no acabara de romper en ningún momento, por lo que fue silenciado. EFE

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