"Somos muy chulitos y pasamos completamente de Portugal"

  • Portugal saltó hace poco a los titulares de los periódicos después de que los ciudadanos de una localidad fronteriza salieran a las calles con banderas españolas protestando porque la sanidad española les atendiera mejor que la lusa. Pero de no ser por acontecimientos así, futbolísticos o desastres naturales como las recientes lluvias en Madeira con decenas de fallecidos, la actualidad de este país vecino pasa desapercibida comparada con Francia. ¿Se debe a una escasez en su influencia económica? ¿Es cuestión de viejas rencillas? ¿Somos justos los españoles con los portugueses?

Valença do Minho suspende las protestas pero mantiene las banderas españolas
Valença do Minho suspende las protestas pero mantiene las banderas españolas

En 1910 el 95 por ciento de los españoles Portugal eran gallegos y los portugueses los llamaban los "cuitadinhos" o "pobres gentes". Ahora más de un 80 por ciento de los españoles en el país vecino son ejecutivos llegados de todas partes de España.

Así lo cuenta José María Hurtado, estudioso de la presencia de la colonia española en Lisboa en el último siglo y autor del libro "100 años de la Casa de España, un siglo de convivencia". "Yo llegué allí recién entrado España y Portugal en el mercado común europeo [como representante de una compañía de seguros española]. Es más fácil y más barato abrir [una delegación] en Lisboa, que no en Roma o Hamburgo", cuenta Hurtado.

Aunque las relaciones comerciales han aumentado significativamente entre España y Portugal en las últimas décadas, los beneficios de una empresa española en Portugal apenas son significativos, según este experto que ahora vive jubilado en Valencia. "Es muy difícil que una delegación en Portugal dé los beneficios que da Cataluña", expone Hurtado como ejemplo.

Además de ejecutivos, también son numerosos los profesionales de la salud españoles que trabajan en Portugal; unos 2.500 entre médicos y enfermeros, según el presidente de la Asociación de Profesionales Españoles de la Salud en Portugal, Xoán Gómez.

Este médico de familia gallego lleva una década trabajando en la provincia de Viana do Castelo, al norte de Portugal, en la frontera con Pontevedra. Asegura que la atención sanitaria en Portugal no tiene más carencias que la que pueda tener la española, a pesar de la polémica levantada hace poco más de una semana cuando los ciudadanos de la localidad portuguesa de Valença salieron con banderas españolas a la calle afirmando que recibían mejor atención médica en España.

"No necesitan ayuda del Gobierno español, pero sí es lógico que se aproveche la realidad transfronteriza. Si hay un hospital a 20 kilómetros de Tui [en Pontevedra], que no se haga otro a 10 kilómetros por no pasar la frontera", asegura Gómez.

RENCILLAS CANDENTES

Este médico, que vive en Tui y cruza la frontera con Portugal para ir a trabajar, valora que "ahora ya empiece a haber una cooperación transfronteriza". Asegura que "España ignoraba un poquito Portugal y Portugal, ante esa ignorancia, también se tomaba su revancha".

"Somos muy chulitos y pasamos completamente de Portugal. Los portugueses viven rodeados de los españoles, con ocho provincias fronterizas, y no nos lo perdonan. Son celosillos, es natural", opina por su parte Hurtado, que acto seguido matiza su pasión por el país vecino y cuenta que sigue yendo a Portugal al menos ocho veces al año a ver a su hijo y a su nieta, que viven allí.

Conchita Segura, una maestra andaluza que lleva viviendo en Portugal desde su infancia, confirma la existencia de esa rivalidad candente: "Para los portugueses hay una rivalidad muy grande, porque España ha evolucionado más rápido después de las dictaduras [respectivas de Salazar y Franco], además de los enfrentamientos históricos. Se les mete esa rivalidad [en la cabeza] desde pequeños, en los propios colegios [con las clases de Historia]", aunque reconoce que esto está cambiando.

A pesar de esa rivalidad, "los portugueses siempre están mucho más pendientes de España; los españoles miran el mapa y no ven Portugal", se lamenta Conchita Segura. José María Hurtado coincide: "Si preguntas en Albacete, por ejemplo, de donde yo soy, el 100 por 100 no sabrá el nombre del primer ministro de Portugal [José Socrates]".

ESPAÑOL, ASIGNATURA OPCIONAL U OBLIGATORIA

Conchita Segura es coordinadora de lenguas del Colegio Trilingüe Infanta D. María de Portugal, en Sintra, a unos 30 kilómetros de Lisboa. Cuenta que hace un par de años el ministerio de Educación portugués estableció el español como asignatura opcional de secundaria, que en Portugal empieza a partir de lo que en España es quinto de primaria.

De acuerdo con el Barómetro de Opinión Hispano-Luso elaborado por la Universidad de Salamanca, la mitad de los portugueses preferirían que estudiar español fuera obligatorio, tanto en secundaria como primaria.

El colegio privado donde trabaja Segura da tres horas semanales de castellano a niños desde los dos años y medio hasta el equivalente a quinto de primaria. El proyecto lleva aproximadamente un año en marcha y la profesora asegura que está siendo un "éxito", a pesar de la cercanía del Instituto Español Giner de los Ríos–centro público del ministerio de Educación español- que está en la capital portuguesa.

La mayoría de los 120 alumnos del centro son portugueses –aunque hay algún español- y "aprenden con mucha facilidad el español, porque nuestra fonética es mucho más sencilla".

Los beneficios de aprender español para Segura son evidentes: "Hay muchas empresas españolas en el mercado portugués. Y así los jóvenes pueden acceder a ellas", opina, a la vez que da ejemplos de portugueses que más adelante van a trabajar a España.

Hurtado no lo ve exactamente así. Asegura que las empresas portuguesas "no dan excesiva importancia a los idiomas" a la hora de contratar nuevos empleados, porque dan por supuesto que sí que hablan español o que si no, al menos lo entienden. "La mayoría [de los portugueses] al menos chapurrea el español".

A pesar de las pequeñas rencillas que puedan persistir en los corazones de muchos portugueses, Hurtado subraya que "Portugal es muy agradable para estar y para ir. Luego vamos a sitios exóticos y no somos capaces de conocer ciudades como Coimbra. Es un país muy barato donde se come bien y la gente con el turista es muy amable".

Conchita Segura concluye: "Somos pueblos bastante parecidos. Los de Oporto se parecen más a los gallegos que un catalán a un sevillano".

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