Tras ocho años al frente del Lliure, Àlex Rigola escribe su "The End"

  • Barcelona.- Àlex Rigola está escribiendo su "The end", un espectáculo de su creación y dirección con el que cerrará la programación del Teatre Lliure de Montjuïc y que avanza algo de lo que quiere hacer el director teatral a partir de ahora, dedicarse a la creación total.

El Lliure comenzará la temporada con una coreografía Gelabert-Azzopardi
El Lliure comenzará la temporada con una coreografía Gelabert-Azzopardi

Barcelona.- Àlex Rigola está escribiendo su "The end", un espectáculo de su creación y dirección con el que cerrará la programación del Teatre Lliure de Montjuïc y que avanza algo de lo que quiere hacer el director teatral a partir de ahora, dedicarse a la creación total.

Es el primer texto teatral que escribe y está pensado como una despedida de esos ocho años al frente de la dirección artística del teatro, once si se cuentan los de su pertenencia al equipo del teatro

"Es una despedida, se llama 'The end' porque acabamos aquí, hace tiempo que quiero tener más tiempo para la creación y para la escritura en diversos formatos", ha explicado el director teatral de 41 años.

Rigola lleva ya muchas adaptaciones de obras teatrales hechas y cree que "hacer un espectáculo es una parte, la creación es ya la autoría total".

Con el subtítulo de "Fin", este "un narco-western teatral" estará en escena del 2 al 5 de junio en las instalaciones del Lliure en Montjuïc para acabar su última programación.

Chantal Aimée, Pere Arquillué, Ivan Benet, Andreu Benito, Joan Carreras, Pau Carrió, Oriol Guinart, Lluís Marco, Alicia Pérez y hasta quince actores formarán parte del repertorio.

Como se trata de una despedida, ha dicho un Rigola muy emocionado, se están haciendo modificaciones, "no es un texto que ha de tener larga vida, si lo hiciera habría seis actores, no quince como ahora, lo montamos en pocos días porque tiene la celebración como idea".

La historia versa sobre unos narcotraficantes que esperan un cargamento de droga en la frontera de Estados Unidos con México, en una situación tensa, pero como ni intermediario ni cargamento llegan el capo aprovecha para explicar su "desengaño" con el teatro.

El jefe de la banda es un hombre al que no le gustan las artes escénicas pero su amante le obliga a acompañarla a las funciones hasta que un día, a la salida, ve como ella "liga" con otro hombre.

El texto "no habla de nadie en concreto, habla de la bilis que hay a veces por el trabajo, pero el personaje no soy yo", ha aclarado Rigola.

El director escribe mientras el Lliure prepara la transición al nuevo director, Lluís Pasqual, transición que ya ha empezado este mes y "ya estamos montando el despacho", ha dicho Rigola.

El director del Lliure cree haber demostrado que "hay muchas posibilidades de hacer un tipo u otro de teatro, la capacidad de ir un poco más allá en cómo funciona un teatro y eso se asegura si hay un artista detrás". Rigola es partidario de artistas de la profesión, directores escénicos al frente de un teatro y no de programadores.

Los caminos para Rigola en este periodo de su trabajo "han sido muy claros" y asegura: "me he ido bastante tranquilo a dormir con preocupaciones sobre los espectáculos, no sobre la ética de lo que he hecho, no he hecho concesiones, he tenido la libertad que me ha dado el Patronato (del Lliure) y la que me ha dado mi profesión, la dirección escénica y por encima de el 'quedar bien'".

Rigola está ya trabajando en una nueva responsabilidad, la de dirigir la sección de teatro de la Bienal de Venecia 2010-2011.

El director teatral ha explicado: "Venecia es una parte muy pequeña de mi vida, de mi futuro, necesitaba tiempo para mi, para poder seguir leyendo o poder sentarme en un banco para leer espectáculos".

Da por terminado el periodo de artistas residentes del Lliure que instauró ya que en su opinión "son periodos que se tienen que acabar y éste tiene que tener un buen final" ya que la base de la programación del teatro de la próxima temporada "son los artistas, los creadores que nos han acompañado".

Se va contento de "haber dado a la ciudad algunos espectáculos señalados y de haber estado al lado de algunos artistas que han desarrollado en el Lliure su carrera y de haber puesto el nombre del teatro a la altura internacional".

Augura "un futuro muy bueno al teatro" dirigido por "un artista reconocido internacionalmente a lo largo de los últimos 40 años, bienvenido Lluis Pasqual".

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