Últimas tendencias del arte contemporáneo en más de cien obras en Argentina

  • La transición que vivió el arte contemporáneo entre el siglo XX y la primera década del XXI queda resumida en una muestra en Buenos Aires que incluye más de un centenar de obras, que van desde dibujos con carbonilla a instalaciones que encuentran en la tecnología un poderoso socio.

Maricel Seeger

Buenos Aires, 18 ago.- La transición que vivió el arte contemporáneo entre el siglo XX y la primera década del XXI queda resumida en una muestra en Buenos Aires que incluye más de un centenar de obras, que van desde dibujos con carbonilla a instalaciones que encuentran en la tecnología un poderoso socio.

"Últimas tendencias II", que se exhibirá hasta finales de septiembre en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), acoge dibujos, pinturas, fotografías, intervenciones, esculturas, instalaciones y vídeos de unos 116 artistas, en su mayoría argentinos, que invitan a transitar el rumbo que tomaron las obras contemporáneas.

"El arte contemporáneo tiene hoy un espíritu parecido al de comienzos del siglo XX, cuando el hombre creía en el futuro y la máquina", explicó hoy a Efe la curadora principal de la muestra y directora del Mamba, Laura Buccellato.

Ahora los artistas recurren a todos los soportes y "funden las artes" de acuerdo "al mensaje que quieren dar", sintetizó Mamba.

Así, por ejemplo, el mexicano Pedro Wainer exhibe "cajas mágicas" con luz en su interior a través de las cuales se puede ver la imagen de una mujer asomada a una ventana que aparece y desaparece, la argentina Érica Bohm expone un cuadro "galáctico" que muestra una suerte de artefacto del espacio en un soporte similar al acrílico negro.

En "El grito" Narcisa Hirsch y Jorge Caterbetti montaron una cabina blindada a la que los visitantes pueden entrar para gritar, momento que queda registrado mediante una cámara, cuyas imágenes y sonidos son volcados a una página web que conforma una especie de "melodía" con los alaridos de los espectadores.

"Es una reflexión sobre el límite entre el grito privado y público, lo humano y lo cultural", indican los artistas en la presentación de la obra.

La iluminación también juega su parte en varias obras, como la de Karina Peisajovich, que expone un marco que proyecta una luz rosa, mientras que otras propuestas se asemejan a afiches y mapas sobre diversos temas, como la integración o la migración.

Mariana Dal Verme exhibe, por su parte, una instalación que simula ser un dibujo tridimensional simétrico, mientras que Axel Straschnoy expone radiografías de aparatos para "desvelar el sistema" y Estanislao Florido recurre al vídeo y la pintura para recrear "La ciudad perdida" con estructuras de variados formatos.

"Varias obras aluden a la historia de la pintura, ya sea local o universal. Y las preguntas que surgen muchas veces son las de la metafísica, como la finitud o los límites", señaló Buccellato.

Entre las esculturas figuran la de Mariano Giraud, "Exovo Omnia", que fusiona las imágenes animé con lo mitológico en una gran figura, Numeric Oligatega exhibe una singular silla de ruedas y Florencia Rodríguez Giles impacta con una bailarina a la que le falta la parte superior de su cuerpo y está rodeada de cabezas.

La muestra -que también contó con un comité de selección integrado por Valeria Balut, Julia Converti y Marcelo Grosman- es una suerte de continuación de la también porteña "Últimas tendencias 2002", que hace diez años recreó el arte contemporáneo de la última década del siglo pasado.

"Es inabarcable todo lo que se hace, pero tratamos de abarcar lo más diferente en expresiones artísticas, ya sea a través de la tecnología o de otros materiales, pero con un nuevo concepto", definió Buccellato.

En esta ocasión, la exposición planteó la forma en que los museos reúnen su patrimonio ya que varios artistas se opusieron a donar las obras exhibidas por considerar que no son ellos los que deben nutrir las colecciones de los museos estatales.

Así tomó forma el colectivo Artistas Organizados, que en su página web sostienen su "disconformidad con la política de adquisiciones con que se intenta incrementar el patrimonio de la colección del Museo de Arte Moderno".

"Este sistema de adquisiciones por donación de obras en forma masiva fue implementado durante la crisis de 2001 y más de 10 años después, dentro del marco de un nuevo contexto social y político nacional, intenta repetirse sin ningún cuestionamiento ni modificación", postulan los artistas.

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