Un convaleciente Vaclav Havel acude al estreno de su película "La partida"

  • Praga.- El ex presidente de la República Checa, Vaclav Havel, en estado convaleciente y visiblemente debilitado, emocionó hoy al público en Praga al asistir al estreno de su primera película, "La partida", de la que es realizador y guionista.

Praga.- El ex presidente de la República Checa, Vaclav Havel, en estado convaleciente y visiblemente debilitado, emocionó hoy al público en Praga al asistir al estreno de su primera película, "La partida", de la que es realizador y guionista.

"Gracias por venir. Les aseguro que el tropiezo ha sido real y no filmado", dijo con humor el septuagenario dramaturgo después de tropezar y caer al subir las estradas al escenario del cine Lucerna de la capital checa, una de las doce salas de cinematografía donde hoy se presentó el filme del ex jefe de Estado.

Al verlo caer, su esposa, Dagmar, se puso a llorar, y todo el público que llenaba la sala se levantó y aplaudió emocionado.

"La verdad y el amor deben vencer sobre la mentira y la envidia. Apaguen los teléfonos", declaró Havel, en una alusión al pasaje con el que finaliza su película, y ya no pudo decir nada más, acallado por el fervoroso aplauso.

Y es que ha sido su primera aparición en público tras doce días internado en un hospital, aquejado de una afección respiratoria, un mal recurrente en los últimos años para el dramaturgo, junto con sus arritmias cardiacas.

A pesar de las reticencias de los médicos, el autor de "Audiencia" y "La fiesta del jardín" no podía faltar a este encuentro, que tuvo el sabor agridulce de una despedida.

Y es que Havel, que en octubre cumple 75 años, anunció que piensa abandonar la pluma, jubilar la máquina de escribir y dedicarse por entero a saborear la vejez.

Havel aclaró, sin embargo, que se siente con ganas para escribir su última obra de teatro, que se llamaría "Sanatorio", ambientada en un entorno de sobra conocido por el escritor.

El debut cinematográfico del dramaturgo ha tenido gran resonancia mediática en la República Checa, aunque no siempre buenas críticas.

Pocos políticos con una trayectoria tan exitosa como la suya acaban haciendo una película caricaturizándose a si mismos, incluida una confesión de sus devaneos sentimentales.

"La partida" narra la traumática salida del poder del canciller Vilém Rieger, sobre todo por tener que abandonar la lujosa vivienda oficial que ocupaba con su séquito, y cuenta cómo casi todos le vuelven la espalda, incluida su hija mayor y su amante.

El lenguaje utilizado es muchas veces onírico y surrealista, con una mezcla de situaciones de sabor decimonónico, con otras de rabiosa actualidad, como el bailoteo psicodélico al son de la Oda a la Alegría de Beethoven.

Havel echa mano de su rico bagaje de anécdotas y discursos, con sus encendidos eslóganes, como el que recordó hoy ("la verdad y el amor vencerán sobre la mentira y el odio").

Ha podido contar con un reparto de lujo, con destacados artistas como Josef Abrhám, Tatiana Vilhemova, Eva Holubova, Vlasta Chramostova, Oldrich Kaiser, Jiri Labus y la esposa del propio director, Dagmar Havlova-Veskrnova.

Todos ellos han querido rendir tributo al ex disidente, y hacer posible un proyecto rodado a contrarreloj el verano pasado en una mansión del noreste de Bohemia.

"Él lo quería hacer a cualquier precio y tuvimos que esforzarnos, con un sol abrasador y unas lluvias torrenciales", recordó la veterana Chramostova.

"No queríamos decepcionarle, y todo fue con su venia", dijo Abrhám casi con temor reverencial hacia el que lideró la transición política checoslovaca.

La crítica de cine Mirka Spacilova, del periódico Mlada Fronta Dnes, dijo que la película "hace compatible a Havel con la mediocridad".

Por otro lado, este trabajo ha sido también excusa para ver cumplido un sueño.

Desde pequeño, cuando observaba las aventuras cinematográficas de su tío Milos, que llegó a construir los estudios AB de Barrandov y el primer cine moderno de Praga, le entró interés por el séptimo arte, algo que no pudo cultivar después.

Y hoy, ese mismo cine Lucerna del tío Milos ha sido testigo del debut de Vaclav Havel.

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