Un gran exposición evoca el arte 'picassiano' del artista Javier Vilató

  • Una gran exposición en cinco museos y galerías de Barcelona evoca desde hoy el arte 'picassiano' y cubista del artista Javier Vilató, sobrino de Pablo Picasso.

Barcelona, 14 may.- Una gran exposición en cinco museos y galerías de Barcelona evoca desde hoy el arte 'picassiano' y cubista del artista Javier Vilató, sobrino de Pablo Picasso.

La exposición, cuyo comisario es Xavier Vilató, hijo del artista, revisa la pintura, escultura, grabados y dibujos del padre, y tiene por sedes el Museo Picasso, el Museo Marès, el Espai Volart y las galerías Joan Gaspar y Dalmau.

Bajo el título "Vilató (1921-2000). Barcelona-París, un camino de libertad", esta exposición de exposiciones pretende ser, según la coordinadora de la muestra, Pilar Vélez, "un homenaje a un artista vital, apasionado e incansable, que cultivó la pintura, el grabado y la escultura, primero en Barcelona y desde 1946 en París".

El Ayuntamiento de Barcelona ha querido asimismo agradecer la participación de Vilató en el proceso de donación que realizó Picasso en 1970 a la ciudad de Barcelona, que fue el germen del actual museo.

En la muestra del Museo Picasso, que estará abierta hasta el 30 de septiembre, se han reunido una treintena de obras como retratista del entorno familiar de Vilató, de manera especial sus dos mujeres, Germaine y Marianne, óleos de gran tamaño siempre protagonizados por la figura, fundamentalmente femenina y algún autorretrato, así como el curioso "Mano a mano", realizado conjuntamente por tío y sobrino.

En el mismo espacio se pueden contemplar una serie de documentos impresos, manuscritos y fotográficos que subrayan la relación entre Vilató y su tío, entre ellos una carta dibujada de Picasso que comunica el nacimiento de su sobrino en 1921, o la célebre fotografía de Capa en la que aparecen Picasso sosteniendo una sombrilla, Françoise Gilot y el propio Vilató en la playa de Golfe-Juan, en agosto de 1948.

El Museo Marès mostrará en su patio al aire libre, también hasta el 30 de septiembre, diez de las diecisiete esculturas en bronce que Vilató realizó en los últimos tres años de su vida (1997-2000), todas ellas retratos.

En el Espai Volart 2, de la Fundación Vila Casas, se exhibirán hasta el 22 de julio unas cincuenta obras que tienen como protagonistas los animales: sus perros Blanquito y Canela, los asnos, los pájaros o los mosquitos que le acompañaban las noches de veraneo en Lo Mompeán (Alicante).

Es una obra muy mediterránea, una explosión cromática de la paleta con la que Vilató pinta en tonos rojos, azules, amarillos, rosas.

Una treintena de bodegones son el eje conductor de la exposición temática de la Sala Dalmau, donde hasta el 27 de julio se podrán ver jarrones, fruteros, instrumentos musicales, frutas, que constatan el interés del artista por objetos que formaban parte de su entorno más próximo y del gusto por este género desde el inicio de su carrera artística.

La Sala Dalmau fue el último espacio donde Vilató expuso en Barcelona todavía en vida, en 1999.

En la quinta exposición, en la Galería Joan Gaspar, que estará abierta al público hasta el 30 de junio, una treintena de estampas y unos cuantos libros dan cuenta de la creación de Vilató en el ámbito del grabado, que tuvo un papel destacado en la producción del artista y que inició en 1939 de la mano de Picasso en el taller Lacourière de París.

Su viuda, Marianne Vilató, ha destacado hoy su "vitalidad" y ha recordado que el artista murió trabajando en la última escultura y con nuevos proyectos a todas horas.

El hijo del artista, Xavier Vilató, ha comentado: "Para mi padre, Barcelona era muy importante y en los últimos años quizá no se cuidó la relación como debía, y espero que ahora se vuelva a apaciguar".

"Hace 117 años llegaba mi bisabuelo con Pablo, que tenía 14 años, a Barcelona, y en este tiempo han pasado muchas cosas, entre ellas este museo (el Picasso), muchas cosas que han revolucionado el arte en general y la forma de ver el mundo", ha añadido el comisario.

Xavier Vilató ha asegurado que la gran suerte que tuvo su padre fue "haber tenido muchos de los cuadros colgados en la casa familiar, donde vivían con la abuela, María Picasso, y de haber recibido una transmisión de su tío, como sucede en las familias del circo".

Para Xavier Vilató, "es un orgullo que esto sea entendido ahora por los barceloneses, que descubrirán a un artista catalán con unas influencias andaluzas y una proyección parisina" y ha anunciado que intentará "completar todos los claros que hay en este museo".

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