Un libro recoge las influencia y presencia del jazz en la poesía española

  • El jazz, esa música telúrica y mágica que nació a finales del siglo en XIX en la negra Nueva Orleans, tiene huellas en la poesía española contemporánea, como demuestra "Fruta extraña", un volumen con más de 130 autores de todas las épocas y con edición de Juan Ignacio Guijarro.

Madrid, 24 nov.- El jazz, esa música telúrica y mágica que nació a finales del siglo en XIX en la negra Nueva Orleans, tiene huellas en la poesía española contemporánea, como demuestra "Fruta extraña", un volumen con más de 130 autores de todas las épocas y con edición de Juan Ignacio Guijarro.

Publicado por la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara, el libro reúne casi un siglo de jazz poético. El poeta más antiguo es Emiloo Carrere, nacido en 1833, y el más joven es Rodrigo Olay, de 1989.

Juan Ignacio Guijarro, profesor de literatura inglesa y norteamericana de la Universidad de Sevilla, incluye los primeros poemas de 1919 y los últimos de 2012 y 2013.

"Hemos intentado ofrecer una nómina de autores lo más diversa posible en todos los sentidos para que la visión del tema fuera también lo más completa posible", dice el autor, quien deja claro en el libro que fue la generación de los Novísimos, (finales de los sesenta y setenta) la que más se dejó influir por el jazz.

Una generación que estuvo formada por Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Leopoldo Panero o Ana María Moix, y cuyo estilo rompió radicalmente con la poesía de la década anterior, influenciados como estaban por los movimientos del vanguardismo y el modernismo.

"El jazz adquiere plena entidad como tema lírico de enorme calado y complejidad mediante el cual abordar cuestiones intemporales inherentes al ser humano como la muerte, el pasado, la memoria o la soledad", añade el editor.

Entre las curiosidades que reúne el volumen se encuentra una pieza de Jorge Guillén, quien durante su exilio en Estados Unidos, escribió un poema contra el racismo inspirado en un tema de Louis Amstrong, o en dirección contraria, el poema de Blas de Otero, con un soneto en el que crítica el jazz, al que considerar un brazo del imperialismo estadounidense.

También forman parte del libro una pieza de Gabriel Celaya quien, en los setenta, fue el primer poeta que escribió un libro dedicado a este género musical, aunque, a juicio de Guijarro, posiblemente ha sido la obra de Joan Margarit, la que "mejor ha incorporado el jazz a su universo lírico personal".

Por otro y a pesar de lo que cabría esperar, han sido las "figuras trágicas" de Charlie Parker, Billie Holiday y Chet Baker, los músicos que más han inspirado a los poetas españoles, frente a los más populares Louis Amstrong, Ella Fitzgerald o Duke Ellington.

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