Un repaso histórico a la acuarela, en la galería Tate Britain

  • Londres.- La acuarela ha sido tradicionalmente el más popular de todos los medios pictóricos por su versatilidad y gran accesibilidad, y en ninguna otra parte ha alcanzado tanta difusión entre aficionados y profesionales como en el Reino Unido.

Un repaso histórico a la acuarela, en la galería Tate Britain
Un repaso histórico a la acuarela, en la galería Tate Britain

Londres.- La acuarela ha sido tradicionalmente el más popular de todos los medios pictóricos por su versatilidad y gran accesibilidad, y en ninguna otra parte ha alcanzado tanta difusión entre aficionados y profesionales como en el Reino Unido.

No es pues de extrañar que la galería Tate Britain, especializada en el arte británico de distintas épocas, haya decidido dedicar a partir del miércoles y hasta el 21 de agosto una exposición a la historia de la acuarela en este país que reúne más de 200 obras de distintos siglos.

La acuarela no sólo es un medio barato sino en principio de fácil manejo y tiene ventajas como la facilidad con que se seca y su limpieza en comparación con la viscosidad, por ejemplo, del óleo, aunque tiene otros inconvenientes frente a éste, sobre todo el de no admitir errores o correcciones.

Durante muchos años, cuando no existía aún la fotografía, la acuarela sirvió para representar lugares exóticos, plantas o animales, es decir para comunicar a otros lo que veían los viajeros en sus expediciones a otros continentes, por ejemplo, las del capitán Cook.

Era en cierto modo un complemento del dibujo, al que añadía el elemento del color para proporcionar por un lado información adicional y aumentar al mismo tiempo el atractivo estético de lo representado.

Pero, aunque normalmente se asocia a ese medio con la pintura representativa, sobre todo del paisaje, la exposición de la Tate introduce también la obra de artistas contemporáneos, entre ellos Andy Goldworthy o el escultor de origen indio Anish Kapoor, que han reinterpretado la acuarela de modo radical.

El paso de la acuarela desde simple auxiliar del dibujo a tratar de emular a otros medios como el óleo se vio facilitada por los progresos técnicos, entre ellos el empleo de papeles más fuertes o la introducción del blanco de zinc en los años treinta del siglo XIX.

Fue a partir de entonces cuando surgieron en el Reino Unido las sociedades de acuarelistas, algunas de las cuales sobrevive, como el Royal Institute of Painters in Water Colours, y los pintores comenzaron entonces a crear acuarelas para su exhibición en exposiciones públicas.

El poeta y pintor William Blake (1757-1827) se inspiró en los manuscritos miniados de la Edad Media para iluminar algunos de sus propios textos visionarios y enigmáticos mientras que los prerrafaelitas Dante Gabriel Rossetti o Edward Burne-Jones crearon con ese medio obras que daban la impresión de óleos.

Las vistas de Paul Sandby (1739-1801), un topógrafo tornado acuarelista, abrieron el camino para el estilo más poético de otros artistas contemporáneos como Thomas Girtin o J.R. Lozens.

Y sobre todo del gran maestro de ese medio, J.M.W. Turner (1775-1851), del que se exhiben, entre otras, su "Rigi azul. Amanecer", una de las vistas de esa montaña junto al lago de Lucerna que algunos han comparado por sus efectos lumínicos con la famosa serie del impresionista francés Monet sobre la catedral de Rouen.

La exposición de la Tate, que toma la acuarela en su acepción más amplia e incluye al gouache (una acuarela más opaca), la tinta u otros colores que se diluyen en el agua, llega desde algunos ejemplos medievales de pintura al temple sobre pergamino hasta nuestros días.

Incluye desde paisajes del flamenco Anthony Van Dyck o el checo Wenceslaus Hollar - son sorprendentes las vistas de Tánger de este último - hasta acuarelas de famosos abstractos del siglo XX como Howard Hodgkin o Patrick Heron o el figurativo Edward Burra, pasando por los citados prerrafaelitas, los simbolistas y los llamados neo-románticos como John Piper o el surrealista Paul Nash.

La visita a la exposición puede complementarse muy bien con otras salas de la galería dedicadas a los llamados románticos ingleses y en las que pueden admirarse otras obras importantes, acuarelas, pero sobre todo óleos, de Turner, William Blake, Samuel Palmer, Constable o John Henry Fuseli, entre otros.

Joaquín Rábago

Mostrar comentarios