Una biografía novelada de Delmira Agustini destaca su tortuosa existencia

  • La vida de la poetisa uruguaya Delmira Agustini es reflejada en "Delmira, el cisne rojo" (Ediciones B), un libro que se presenta hoy en la Feria del Libro de Montevideo y en el que se narra la tortuosa existencia que, según su autora, Yaraví Roig, "superó en profundidad a Rubén Darío".

Montevideo, 3 oct.- La vida de la poetisa uruguaya Delmira Agustini es reflejada en "Delmira, el cisne rojo" (Ediciones B), un libro que se presenta hoy en la Feria del Libro de Montevideo y en el que se narra la tortuosa existencia que, según su autora, Yaraví Roig, "superó en profundidad a Rubén Darío".

Delmira Agustini murió asesinada a los 27 años en 1914, después de dejar una obra poética modernista de "gran profundidad" y una desdichada existencia que culminó con su asesinato a manos de Enrique Job Reyes, el hombre del que se divorció unos meses antes.

Nacida en una acaudalada familia conservadora uruguaya, esta poetisa pasó sus primeros años aislada del mundo, sin amigos y recibiendo sus clases dentro de una casa que, para ella, fue a la vez "hogar y cárcel", destacó a Efe Roig.

"Durante el día, era una niña obediente y modosa, pero por la noche se transformaba, escribía unos poemas cargados de erotismo, de profundidad y de simbolismo", afirmó la autora.

Su referente literario fue Rubén Darío, pero también admiró al escritor y político argentino Manuel Ugarte (1875-1951), de quien estuvo enamorada, incidió la autora.

En esta biografía novelada, se muestra su pesar por casarse con su posterior asesino, del que se divorció al mes y medio de convivencia por iniciativa propia, un hecho "revolucionario" en aquella época que le convierte en "todo un símbolo feminista".

Roig está convencida de que, si no hubiera muerto tan joven, Agustini habría superado a Rubén Darío, en cuanto a la calidad de su obra.

De su estilo poético, valora el que fue la primera poetisa que rompió con el canon de los autores masculinos, pues sus versos recogen una carga simbólica repleta de elementos que aluden a la feminidad.

También puso sobre relieve la especial sensibilidad del erotismo que incluyó en sus obras, que supo expresar a pesar del ambiente hermético en el que se crió.

Roig asevera que su actitud no sólo rompió con los convencionalismos de la época, sino que, aún hoy, choca con el comportamiento de "la mayoría de las personas de la sociedad", lo que le convierte, no sólo en una adelantada a su tiempo, sino también al actual.

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