Una exposición fotográfica muestra la infancia y adolescencia del Che Guevara

  • Sevilla.- Una exposición que puede visitarse en la sevillana Escuela de Estudios Hispanoamericanos reúne una selección de fotos de la colección familiar Guevara-Serna que muestra momentos de la infancia y de la juventud del que sería líder revolucionario y uno de los mitos del siglo XX, Ernesto Guevara, el Che.

Una exposición fotográfica muestra la infancia y adolescencia del Che Guevara
Una exposición fotográfica muestra la infancia y adolescencia del Che Guevara

Sevilla.- Una exposición que puede visitarse en la sevillana Escuela de Estudios Hispanoamericanos reúne una selección de fotos de la colección familiar Guevara-Serna que muestra momentos de la infancia y de la juventud del que sería líder revolucionario y uno de los mitos del siglo XX, Ernesto Guevara, el Che.

Ana Erra, segunda esposa del padre del Che, el arquitecto Ernesto Guevara Lynch, fallecido en 1987 a los 87 años, ha mostrado y comentado a Efe esta selección de fotos, que se acompaña de una vitrina con cartas del Che fechadas en 1937, cuando era un niño y le escribía a una de sus tías.

Esas cartas se enseñan junto a libros como el del padre del revolucionario "Mi hijo, el Che", textos, como el poema de Alberti que empieza diciendo "Te conocí de niño / allá en el campo aquel de Córdoba argentina, / jugando entre los álamos y los maizales..." y el texto leído en Roma por la esposa de Alberti, María Teresa León, por la muerte del Che: "Yo traigo el dolor y la pena de Rafael Alberti y, como la mía, la de todos los exiliados de España..."

Las fotos del Che siendo un niño dejan constancia de lo unida que estuvo su familia al exilio español, ya que Manuel de Falla se exilió en la ciudad de Alta Gracia, la misma en la que vivía la familia Guevara, y sus amigos, la familia González Aguilar, eran hijos de exiliados españoles, que aún conservan la amistad con Ana Erra.

La más antigua de las fotos, de 1933, muestra a un Ernestito --para diferenciarle del padre siempre fue Ernestito en la familia-- a lomos de un burro, con su hermana Celia a la grupa, por las Sierras de Córdoba, donde la familia acudía en busca de aire puro para combatir el asma del niño.

La mayoría de las fotos fueron hechas por Ernesto Guevara Lynch, quien, según su viuda, fue un fanático de la fotografía y en los años treinta tenía su propio cuarto oscuro para revelar las fotos, como la que hizo en la piscina del Sierra Hotel, en 1936, con toda la familia en el agua en traje de baño y, al lado, Ernestito vestido y con cara de enojo, sin bañarse, por su asma.

Otra foto de 1937 muestra a un Ernestito de 9 años disfrazado de guerrero indio, otra de 1944 a un adolescente de 16 años con sus amigos de ascendencia española los González Aguilar, otra de 1941 asistiendo en un teatro a un acto del Comité de Apoyo a la República Española en el Exilio, también junto a los González Aguilar.

Como de niño pasaba mucho tiempo en casa sin ir a la escuela por su enfermedad, las fotos de 1939 muestran a su madre, Celia de la Serna, enseñándole a leer con libros y cuadernos, siempre con sus hermanas alrededor, de modo que, cuenta Ana Erra, la niña Celia se arrancó a leer un buen día porque aprendió de asistir a las lecciones de su mamá a Ernestito.

Junto a estas fotos de infancia y adolescencia se han seleccionado otras en las que el español general Bayo, que entrenó a los guerrilleros de Sierra Maestra en México, posa en un hotel cubano junto a Guevara Lynch y Celia de la Serna.

Bayo dejó constancia por escrito de que de los ochenta guerrilleros que entrenó en México para que desembarcaran en el yate "Gramma" el "número uno" fue un médico asmático, el Che.

En otra foto de 1937, en pleno invierno y sobre la nieve, tomada junto al observatorio astronómico de Sierras Grandes de Córdoba, Ernestito posa con un poncho de lana junto a su padre, del que, según Ana Erra, heredó su pasión por la fotografía --existe una instantánea en la que vestido de comandante, en Cuba, fotografía a su vez al fotógrafo que le está disparando-- y por la poesía.

Por eso, entre los documentos seleccionados para la exposición, está la última carta que, desde el Congo, el Che le envió a su padre, y que empieza diciendo: "Para el viejo, un recuerdo de los tiempos en que empezaba a buscar la poesía siguiendo tu ruta...", y sin recurrir para firmar al nombre que sería una leyenda, sino rubricando: "Tu hijo".

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