Una exposición muestra del glamour de la moda a la crudeza de la fotografía de vagabundos

  • Pamplona.- La transición desde el glamour de las pasarelas de moda, hasta la crudeza de las fotografías de vagabundos encerrados en cabinas de cristal, es el inusual trayecto artístico recorrido por el madrileño Guillermo Llobet, que desde hoy expone en Pamplona 17 retratos que integran la llamada "Serie 1".

Una exposición muestra del glamour de la moda a la crudeza de la fotografía de vagabundos
Una exposición muestra del glamour de la moda a la crudeza de la fotografía de vagabundos

Pamplona.- La transición desde el glamour de las pasarelas de moda, hasta la crudeza de las fotografías de vagabundos encerrados en cabinas de cristal, es el inusual trayecto artístico recorrido por el madrileño Guillermo Llobet, que desde hoy expone en Pamplona 17 retratos que integran la llamada "Serie 1".

Este joven madrileño, que hasta el próximo 30 de abril muestra su último trabajo fotográfico en el edificio El Sario de la Universidad Pública de Navarra, puede presentar a sus treinta años un atípico currículo profesional.

En su trayectoria, desde el diseño de interiores al desfile de sus propias colecciones en las principales pasarelas de moda y, finalmente, a la fotografía de los "sin techo" del centro de Madrid.

Llobet ha reconocido a Efe que el "glamour" del entorno de la moda no le disgustaba: "Hay mucha gente que lo deja porque dice que es un mundo muy superficial y a mí es justo lo que me gustaba, la superficie, las borracheras, las mujeres, pero al final era todo cartón piedra, era muy difícil mantenerme ahí".

Además, ha afirmado, "no tenía ilusión, para mí no había una meta a seguir, no había diseñadores españoles que realmente me motivaran para seguir".

Ya en el primer desfile de una de sus colecciones en la Pasarela Gaudí, el joven diseñador utilizó ocho cabinas de cristal en las que "encerró" a otros tantos vagabundos madrileños, una imagen que se ha convertido en "una especie de obsesión" para él, ha asegurado.

Así, tras este primer acercamiento a la vida de los "sin techo" madrileños, Llobet pasó siete largos años en contacto con estas personas -"nos hicimos amigos de alguna forma"- y durante dos años, en 2009 y 2010, se dedicó a tomar la serie de fotografías que componen esta exposición.

Llobet asegura guardar un grato recuerdo de los dos años en los que cargaba el generador, los focos, la cabina de cristal y las cámaras en la furgoneta y se dirigía al centro de Madrid a probar suerte, porque "con esta gente es muy difícil planificar nada".

"Para mí era muy fácil los dos últimos años el meterme en sus rincones. Siempre tenía en mente a alguien en concreto, pero a veces esa persona fallaba. Era el día a día. No es un trabajo de estudio, en el que sabes a quién vas a fotografiar, en qué momento y dónde", ha destacado el autor de la exposición, que encontró su inspiración en la gran pinacoteca madrileña.

Durante años, ha explicado, acudió a menudo al Museo del Prado para contemplar "a los grandes de la pintura española" y quedó prendado por los claroscuros del Barroco: "Encontré en el contraste de luz y sombra algo que de alguna forma daba un protagonismo tanto a la cabina como al personaje".

El resultado es una serie de fotografías de gran formato protagonizadas por personajes de rasgos "bruscos" a los que Llobet apenas tenía que dar indicaciones a la hora de posar, porque "con su presencia me sobraba".

"No hacía muchas pruebas, simplemente era un 'clic'. No se ponen guapos, no intentan 'posturear' como hace mucha gente", ha comentado Llobet, quien ha subrayado que estos personajes "simplemente no son modelos. Ellos no aparentan nada, y eso es lo mejor de esta gente. No quieren aparentar nada".

Lo que nunca olvidará este joven madrileño son las "situaciones divertidas" vividas junto a los protagonistas de sus fotografías, que no duda en calificar como "personas alegres" que le proporcionaron momentos "fantásticos".

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