Villena traduce las "Canciones" de Antonio Botto, el poeta maldito portugués

  • Alfredo Valenzuela.

Alfredo Valenzuela.

Sevilla, 16 jun.- Antonio Botto (1897-1959) revolucionó en los años veinte los ambientes poéticos de Lisboa, ciudad que tuvo que abandonar para marcharse a Brasil por no ocultar su homosexualidad, de la que dio cuenta en "Canciones", poemario que ha sido traducido ahora al español por Luis Antonio de Villena.

Cuando los ataques contra Botto arreciaban en la Lisboa de los años veinte, el gran Fernando Pessoa le dedicó un estudio en el que defendía su obra y que empezaba afirmando: "Es el único portugués, de los que escriben hoy, a quien se puede aplicar sin disonancia la designación de esteta".

Luis Antonio de Villena ha dicho a Efe que, como hicieron en España Lorca y Alberti, Botto recuperó la canción "como medio de poesía moderna" y ha matizado que "aunque no fue un grandísimo poeta, sí fue un buen poeta".

"También fue el primero que escribió públicamente sobre tema homosexual; se atrevió a hacerlo en un país entonces tan conservador o más conservador aún que España, como era Portugal", ha añadido Villena al recordar la peripecia vital de Botto, a quien llegó un momento en que la vida en Portugal se le hizo imposible, le abucheaban en los cafés y en los cines.

Según Villena, la publicación de "Canciones" suscitó la reacción de la juventud católica y de otros sectores conservadores que se indignaron por el contenido homosexual y decadente de la obra, y pidieron que el libro se retirara e incluso se quemara y que su autor fuese castigado.

El libro se publicó en febrero de 1921, cuando el poeta, que solo había cursado estudios primarios, tenía 23 años, y finalmente fue prohibido en 1923, cuando Botto contó con las adhesiones de escritores como Unamuno, Antonio Machado, García Lorca, James Joyce y Virginia Woolf.

Con "Canciones", Botto se convirtió "en un personaje malfamado, lleno de amigos y enemigos, altivo, vanidoso, mercurial, malhablado, oculto bajo la pose de su sombrero fedora, en sus múltiples bajadas a los muelles y tabernas del puerto en busca de 'marinheiros" de todos los países, que son el bocado de su poesía", según la descripción del poeta que hace De Villena en su prólogo a esta primera edición española.

Las cosas empeoraron cuando en 1942 Botto fue expulsado de su trabajo por haber intentado seducir a un compañero más joven, el cual lo denunció, de modo que al poeta no le quedó más camino que la ironía para tratar de defenderse: "Resulta que soy el único pederasta reconocido oficialmente por el Gobierno de Portugal".

Esa es una de las frases que más se recuerdan del poeta, junto a la que pronunció para justificar que pasara toda su vida casado con una mujer: "El matrimonio le sienta bien a todo hombre hermoso y decadente".

Con su esposa, decidió marcharse a Brasil en 1947, y para pagar el pasaje dio varios recitales y fue ayudado por artistas jóvenes como la fadista Amalia Rodrigues.

Según Villena, los testimonios de la gente que lo trató en sus años brasileños hablan de un Botto "vanidoso, mentiroso y algo desquiciado", circunstancia atribuible a los efectos de la sífilis que padecía, y que aseguraba que André Gide lo había visitado en Lisboa, encuentro que nunca se produjo.

La editorial sevillana Los Papeles del Sitio, que ha publicado esta edición bilingüe de "Canciones", ha incluido a manera de epílogo el artículo que Fernando Pessoa dedicó a Botto, también traducido por De Villena.

Mostrar comentarios