Warlikowski exprime en "El rey Roger" la dionisíaca biografía de su autor

  • Madrid.- El polaco Karol Szymanowski viajó a comienzos del siglo XX al bangkok de entonces, Sicilia, donde descubrió el "sur" y su homosexualidad. Por eso fue allí donde quiso enraizar su ópera "El rey Roger", que ahora estrena el Teatro Real con elementos "biográficos" rescatados por Krysztof Warlikowski.

Warlikowski exprime en "El rey Roger" la dionisíaca biografía de su autor
Warlikowski exprime en "El rey Roger" la dionisíaca biografía de su autor

Madrid.- El polaco Karol Szymanowski viajó a comienzos del siglo XX al bangkok de entonces, Sicilia, donde descubrió el "sur" y su homosexualidad. Por eso fue allí donde quiso enraizar su ópera "El rey Roger", que ahora estrena el Teatro Real con elementos "biográficos" rescatados por Krysztof Warlikowski.

Este escenógrafo (Szczecin, Polonia, 1962) ha explicado hoy en rueda de prensa en el Real, acompañado por el intendente del coliseo, Gerard Mortier, y por el director musical, Paul Daniel, su aproximación a este "drama erótico", una obra inédita en Madrid y que es, desde su estreno en 1926, la más representada de las polacas.

La homosexualidad del compositor y del libretista -su primo Jaroslaw Iwaszkiewicz (1894-1980)- "está latente" en toda la obra, porque, argumenta Warlikowski, cuando Szymanowski la creó "probablemente se incluyó a él mismo. Es casi una autobiografía".

Szymanowski (1882-1937) la compuso como una forma de evasión de las penurias vividas durante la I Guerra Mundial y la Revolución Rusa y se inspiró en los recuerdos de sus viajes a Sicilia -en 1911 y 1914-, adonde entonces acudían en busca de "identidad" y libertad "artistas y aristócratas".

La historia de "El rey Roger" (Krol Roger) -una producción que proviene de la Ópera de París- es la de una pareja feliz hasta que un extraño pastor -"¿el Mesías?, ¿Jesucristo?, ¿Dionisos?", especula el director artístico- despierta pasiones a tres bandas.

Lo cierto es que el pastor acaba siendo la representación de Dionisos, el rey Roger se decide por el Sol (Apolo) en el día naciente, y su esposa, Roxana, asume el papel de tentación dionisíaca del amor prohibido,

No es este el final que había escrito Iwaszkiewicz, que hacía que el rey se "perdiera" con el pastor, porque, según el propio libretista, quizá esta fuera una forma excesiva de poner los puntos sobre las íes.

La trama, inspirada en la filosofía de Nietzsche, representa el conflicto entre razón e instinto, entre Apolo y Dionisos, "un doble oratorio, medio bizantino, medio pagano".

El mundo de libertad creadora, de experimentación, de la Sicilia de comienzos del XX es la que subyace en el montaje de Warlikowski, que ha querido trasladar ese "paraíso" a los años 70, al calor de la factoría de Andy Warhol o de las "pasiones" de Pier Paolo Pasolini.

Paul Daniel (Birmingham, 1958), que ya ha dirigido en el Real "L'Upupa", de Hans Werner Henze, y "El caso Makropulos", de Janacek, asegura que la partitura es "peligrosa, explosiva", algo que se percibe al dirigirla: "Sientes que juegas con fuego", afirma.

Szymanowski, detalla, buscó "tesoros por todas partes", con un "increíble talento" para crear a partir de influencias "de todos los grandes".

"Era un autodidacta con posibilidades enormes. No les robaba ideas a los demás, pero aprovechaba claramente su influencia", asegura Daniel, que recuerda que "sintió una especial atracción" por Debussy y por "la increíble sensualidad" de su ópera "Pelléas et Mélisande".

"Tenía un increíble sentido de la sexualidad y de la sensualidad, y buscó sin límites; llegó al extremo más peligroso, encontrando en la música, como en él mismo, todo lo que había que encontrar, un impulso sexual que se puede ver en la expresión de cada instrumento de la orquesta", desvela.

Mortier ha recordado que Szymanowski, "uno de los grandes compositores polacos", estuvo en Madrid en 1933, cuando la capital española era "el centro cultural de Europa", para dar una conferencia en la Residencia de Estudiantes en el mismo ciclo que el año anterior había llevado a Thomas Mann a Fráncfort.

"Era un ejemplo de intelectual que reflexiona sobre Europa, y esa es una razón más para programarlo", ha aseverado.

Antes de la hora y media que dura la representación, o justo después, los espectadores pueden visitar la exposición que el Instituto Adam Mickiewic ha instalado en la sexta planta sobre esta ópera y "el compositor polaco más importante después de Chopin, según su coordinadora, Kamila Zagorowska.

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