EL USO AGRÍCOLA MUNDIAL CON AGUAS RESIDUALES ES UN 50% MAYOR DE LO QUE SE PENSABA

- Unos 885 millones de consumidores urbanos están expuestos a riesgos para la salud. El uso de aguas residuales no tratadas de las ciudades para irrigar los cultivos es un 50% superior de lo que se pensaba anteriormente, lo que expone a riesgos para la salud a cerca de 885 millones de personas que viven en entornos urbanos.
Así lo afirman cinco científicos de instituciones de Bélgica, Estados Unidos y Sri Lanka en un estudio publicado en la revista ‘Environmental Research Letters’, y basado en modelos avanzados para ofrecer el primer cálculo completo del alcance global con el que los agriculturores utilizan aguas residuales urbanas en tierras de cultivo.
Los investigadores analizaron datos con sistemas de información geográfica en lugar de depender de los resultados de estudios de casos, como en trabajos anteriores, y evaluaron por primera vez la “reutilización indirecta”, esto es, cuando las aguas residuales se diluyen pero siguen siendo un componente dominante en los flujos superficiales, lo que supone la mayor parte de la reutilización hídrica en todo el mundo.
Los resultados muestran que el 65% de todas las áreas de riego se encuentran a 40 kilómetros aguas abajo de los centros urbanos y están afectadas en gran medida por los flujos de aguas residuales. De un área total de 35,9 millones de hectáreas, 29,3 millones de ellas se encuentran en países con un tratamiento muy limitado de aguas residuales, con lo que 885 millones de consumidores urbanos, agricultores y vendedores de alimentos se exponen a graves riesgos para la salud. Cinco países (China, India, Pakistán, México e Irán) representan la mayor parte de estos cultivos.
Estos nuevos hallazgos sustituyen una estimación ampliamente citada de 2004, basada en estudios de casos en unos 70 países y en opiniones de expertos, que situaba la superficie de cultivo irrigada con aguas residuales en un máximo de 20 millones de hectáreas.
TRATAMIENTO MEJORADO
Según el estudio, el uso de aguas residuales por parte de los agricultores es más frecuente en las regiones donde hay una generación significativa de aguas residuales y contaminación del agua. En estas circunstancias, y en los lugares donde el agua más segura es escasa, las aguas residuales ofrecen un medio consistente y confiable de riego de campos, incluyendo cultivos de alto valor, como verduras, que a menudo requieren más agua que los alimentos básicos.
Cuando se dispone de aguas residuales puras, los agricultores tienden a preferirlas debido a sus altas concentraciones de nutrientes, lo que puede disminuir la necesidad de aplicar fertilizantes comprados. Sin embargo, en la mayoría de los casos el uso de esta agua por parte de los agricultores está motivado por necesidades básicas porque simplemente no tienen alternativas.
"La reutilización ‘de facto’ de las aguas residuales urbanas es comprensible, dada la combinación del aumento de la contaminación del agua y la disminución de la disponibilidad de agua dulce, como se observa en muchos países en desarrollo", apunta Anne Thebo, de la Universidad de California en Berkeley y coautora del estudio, quien añade: "Mientras la inversión en el tratamiento de aguas residuales esté muy por detrás del crecimiento de la población, un gran número de consumidores que comen productos crudos se enfrentarán mayores amenazas a la seguridad alimentaria".
Considerando la seguridad de los consumidores como la principal prioridad, los autores del estudio destacan la necesidad de mitigar los riesgos para la salud pública con medidas tomadas a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos, lo que incluye un tratamiento mejorado de las aguas residuales, pero también medidas preventivas en las granjas y en la manipulación de los alimentos, ya que la capacidad de tratamiento de agua está aumentando lentamente en los países en desarrollo.

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