LA AUDIENCIA NACIONAL JUZGA HOY AL CABECILLA DE UNA CÉLULA DEL ESTADO ISLÁMICO RADICADA EN MELILLA

La Audiencia Nacional juzga este miércoles a un español de origen marroquí, Mohamed Said Mohamed, acusado de ser el jefe de un célula del Estado Islámico (IS) desmantelada en Melilla y Nador en un operativo conjunto hispanomarroquí. Se le acusa de integración en organización terrorista y colaboración, delitos por los que el fiscal pide 18 años de prisión y otros ocho de libertad vigilada.
Según las conclusiones del ministerio público, este individuo, que había viajado a Mali y también a otros lugares para practicar la yihad, se encargaba de captar adeptos al sur de Melilla, en Marruecos, especialmente en la zona de Nador, en el noreste del país.
El grupo se servía de la experiencia yihadista del hermano del jefe de la célula desmantelada, un exmilitar español especialista en el manejo de armas y explosivos, que se unió en 2012 a la organización terrorista Muyao, en la órbita de Al Qaeda, con la que combatió en Siria e Iraq.
Dentro de esa misma operación fueron detenidas otras ocho personas de nacionalidad marroquí como miembros del mismo grupo radical, pero Said Mohamed es el único que se enfrenta a juicio en España, ya que el resto quedó a disposición de la justicia marroquí.
LEALTAD AL ESTADO ISLÁMICO
En el registro practicado en su vivienda se intervino diverso material propagandístico. El domicilio se encontraba a espaldas de la Mezquita Blanca del barrio de Hidum de Melilla, uno de los más deprimidos de la ciudad, con población mayoritariamente musulmana.
Los agentes se incautaron de múltiples CD con discursos religiosos sobre el uso del hijab y algunas suras del Corán y con entrenamientos físicos de defensa personal, boxeo, puño americano y cables de alta tensión.
Según la Fiscalía, el encausado había jurado lealtad al Estado Islámico y había asumido los postulados de la organización, la realización de acciones armadas y la defensa de la instauración por la fuerza del denominado “califato islámico” en amplias zonas de Siria e Iraq, a donde está acreditado que se habían desplazado dos miembros del grupo (Achour Bachiri y Souleiman Lemkaddim).
El procesado se dedicaba, según el fiscal, al adoctrinamiento constante y a preparar y entrenar de manera intensiva a los miembros del grupo, compuesto principalmente por marroquíes, a través del envío de vídeos sobre los éxitos de las milicias del Estado Islámico, así como con entrenamientos físicos nocturnos, orientados a la capacitación física y técnica de los hombres que pensaban unirse a la lucha en Oriente Medio.

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