Ataque contra indígenas guaraní-kaiowá en Brasil deja un muerto y varios heridos

Cerca de 70 hombres armados intentaron desalojar por la fuerza el martes un campamento guaraní-kaiowá en una hacienda del suroeste de Brasil, donde mataron a un joven indígena e hirieron a más de 10, incluido un niño de 12 años, informaron varias ONGs.

Los atacantes, terratenientes y productores rurales, buscaban retomar la hacienda Ivy, en el estado de Mato Grosso do Sul (centro oeste de Brasil), cerca de la ciudad de Caarapó.

La hacienda se encuentra dentro de territorio ancestral indígena en proceso de demarcación por el gobierno, y había sido ocupada el lunes por unas 100 familias guaraní-kaiowás.

"Llegaron en vehículos, rodearon el campamento, quemaron motocicletas y cabañas de los guaraní-kaiowás y luego abrieron fuego contra la población, matando a un enfermero, hiriendo a varios profesores y a un niño de 12 años", dijo a la AFP la antropóloga Oiara Bonilla de la Universidad Federal Fluminense (UFF), que trabajó y mantiene contactos en la zona.

La policía acudió para controlar la situación pero luego abandonó el campamento. Los indígenas temen nuevos ataques "porque los productores rurales se organizan en milicias y se arman desde hace años para desafiar el reconocimiento de tierras indígenas", sostuvo la antropóloga.

La ONG británica Survival precisó este miércoles que algunos indígenas lograron filmar el ataque desde cierta distancia. En el video se escuchan disparos y gritos.

Otro desalojo forzado podría tener como blanco en los próximos días a la comunidad Apyka'i, instalada por indígenas guaraní kaiowá en tierras de la hacienda Sao Fernando, también en el mismo estado.

Pero a diferencia del intento de desalojo y ataque del martes, que fue una iniciativa privada de productores rurales, esta es una desocupación legalmente decretada por un juez federal.

Pueblos guaraní exigen desde hace años la demarcación de sus territorios ancestrales, y en Mato Grosso do Sul son enfrentados regularmente por grandes terratenientes y productores rurales. Sus intereses económicos están ampliamente representados a nivel nacional por la bancada ruralista en el Congreso, que se opone a las demarcaciones de tierras indígenas.

"Esto es un genocidio en cámara lenta. Hay una guerra contra nosotros. Tenemos miedo. Matan a nuestros líderes, esconden sus cuerpos, nos intimidan y amenazan", dijo Tonico Benites Guarani, un líder guaraní, el mes pasado en una visita a Europa para pedir apoyo a su etnia.

"Siempre estamos luchando por nuestras tierras. Nuestra cultura no permite la violencia pero los hacendados prefieren matarnos a devolverlas. La mayoría de la tierra la tomaron en los años 60 y 70. Llegaron los terratenientes y nos echaron. La tierra es de buena calidad, con ríos y bosques. Ahora es muy valiosa", añadió, citado por Survival.

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