CATALUÑA. UNA DIRECTORA DE INSTITUTO DICE QUE SU SUPERIOR LE EXIGIÓ BUSCAR TRES VOLUNTARIOS PARA ABRIR EL 9-N

- Exigió una orden escrita que nunca llegó, tras advertir a la directora de la Inspección de que la mostraría al Ministerio de Educación y a la delegada del Gobierno. La exdirectora del Instituto Pedraforca de Hospitalet (Barcelona), Dolores Ajenjo, declaró este martes ante el tribunal que juzga a Artur Mas y a dos exconsejeras por organizar el 9-N tras la prohibición del Tribunal Constitucional, que la directora territorial de la Inspección de Enseñanza en Barcelona, Montserrat Llobet, exigió a los directores de centros que buscaran tres voluntarios para que se hicieran responsables de la apertura de las instalaciones en la jornada de la consulta soberanista.
En su declaración explicó con todo lujo de detalles el tira y afloja que protagonizó con la directora territorial de la Inspección a cuenta de la apertura del instituto que dirigía en la jornada del 9-N. Según relató, fue convocada como el resto de directores de la demarcación de Barcelona a una reunión que se iba a celebrar el 16 de octubre.
La reunión no tenía orden del día y se pedía a los convocados que anunciaran cuanto antes si no podían asistir, lo que, según la testigo, le hizo pensar que “se requería mi presencia de manera imperativa”.
El encuentro estuvo presidido por la propia Montserrat Llobet, que informó de que “todos los institutos íbamos a ser sede (de la consulta) y que teníamos que recabar tres voluntarios” para que se encargaran de tareas de intendencia y recepción de material y del sistema informático durante la jornada de consulta.
Ajenjo preguntó “si era obligatorio buscar voluntarios” y varios de los asistentes dijeron que si se lo ordenaba su superior, había que hacerlo, “pero yo quería una respuesta de la directora, que acabó diciendo que no era obligatorio, pero sí conveniente”. Algún otro director pidió que se le entregaran estas órdenes por escrito, a lo que Llobet respondió: “Como os veo angustiados, veré si os puedo dar algún justificante de la entrega de llaves”.
En esa reunión se les advirtió, según la testigo, de que la entrega de las llaves de los centros “no era voluntaria, porque la propiedad de los centros era de la Generalitat y había que entregarlas obligatoriamente. Nunca se habló de que la entrega de llaves fuera una decisión de los directores. Había que hacerlo”.
La directora del Instituto Pedraforca no volvió a tener comunicación sobre el 9-N hasta el día 6, en que un funcionario la llamó para pedirle las llaves del centro: “Yo le dije que no había recibido ninguna orden y que sin una orden por escrito no iba a entregar las llaves. Él me dijo que lo iba a comunicar a la directora territorial”. En esa misma situación se encontraban otros dos directores en Hospitalet que “estaban bastante angustiados”.
PRESIONES
Fue entonces cuando Ajenjo habló con la directora de la Alta Inspección del Ministerio de Educación y "me dijo que bajo ningún concepto entregara las llaves sin una orden por escrito”. Ese mismo día recibió una llamada de Llobet, a la que dijo que no entregaría las llaves mientras no se lo ordenara por escrito.
El día 7 de noviembre recibió una nueva llamada de la directora de la Inspección, que le aseguraba que era “la última que queda por entregar las llaves y tienes que entregarlas. Me sentía muy violenta. 'Sin una orden escrita no voy a entregar las llaves'”, le insistió antes de exigir que en esa orden quedara claro que iba a hacer la entrega obligada.
En una llamada posterior Montserrat Llobet le dijo que le haría llegar un escrito y le preguntó: “¿Esta orden que te voy a dar no se la enseñarás a nadie?”, a lo que Ajenjo le respondió: “'En cuanto la tenga voy a entregarla a la directora de la Alta Inspección y a la delegada del Gobierno'. Nadie me entregó la orden y yo no entregué las llaves. Nadie vino a recogerlas y el instituto no se abrió”. Ajenjo está ya jubilada, ya que lo había solicitado el día 11 de octubre de 2014.
“NINGUNA CONSECUENCIA”
Por su parte, el jefe de la Inspección de Barcelona del Departamento de Enseñanza, Francesc Güell, explicó al tribunal que la reunión convocada el 16 de octubre para informar a los directores de instituto no tenía orden del día y se celebró para resolver las “dudas de algunos directores” sobre el uso de los centros en la jornada del 9-N.
Según manifestó, en esa reunión “quedó muy claro que (la participación de los institutos) era una actuación voluntaria, sin ninguna consecuencia posterior para nadie”, y se informó a los directores de que “el titular del centro (la Generalitat) no ha de pedir permiso a la dirección para su uso”.
A preguntas de las defensas de los acusados, Güell afirmó que en la reunión celebrada el 16 de octubre “no me pareció que la directora de los servicios de inspección territoriales estuviera furiosa”.
Sobre el informe que le envió el inspector Josep Alsina apuntando supuestas irregularidades, el inspector jefe dijo que “discrepaba” del informe y por eso no lo visó, al considerar que su firmante “se excedía en sus funciones”.

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