MADRID. LA COMUNIDAD PONE EN MARCHA EL PRIMER ESTATUTO DEL GUARDADOR EN ACOGIMIENTO FAMILIAR

La Comunidad de Madrid presentó hoy el primer Estatuto del Guardador en Acogimiento Familiar, con el que se pretende “dar protección en todo momento a los derechos y el bienestar de los menores”.
Así lo señaló el consejero de Políticas Sociales y Familia, Carlos Izquierdo, durante la presentación de las líneas generales del Estatuto, que tuvo lugar en la Residencia Infantil Vallehermoso. Este miembro del Gobierno regional explicó las líneas generales del Estatuto en un acto en el que también estuvieron presentes el director general de la Familia y el Menor de la Comunidad, Alberto San Juan, así como representantes del centro y de algunas familias acogedoras.
“El Estatuto que hoy presentamos es esencial, porque muestra el interés y la apuesta del Gobierno de la región en conseguir que los niños menores que, por diversas circunstancias, no pueden residir con su familia de origen, consigan tener una”, destacó Izquierdo.
Además, el consejero afirmó que el reto para los próximos años en la Comunidad de Madrid será “conseguir que no haya menores de tres años en acogida residencial, y todos tengan acogida familiar”.
TRÁMITES MÁS RÁPIDOS”
Por su parte, una de las representantes de las familias acogedoras apuntó que con este estatuto, las familias tendrán grandes ventajas en “medidas de gestión administrativas en hospitales porque estos niños tienen un régimen de Seguridad Social distinto y necesitas muchos permisos, además todo será mucho más rápido y las asociaciones que se dedican a proteger formar dar apoyo y acompañamiento a las familias de los niños que quedan tutelados, estarán más reconocidas”.
El consejero también resaltó la fuerte apuesta del Gobierno regional por promocionar el acogimiento familiar, como lo demuestra el hecho de que de los más de 4.000 menores tutelados por la Administración autonómica, el 60% se encuentran en acogimiento familiar.
Asimismo, Izquierdo recordó que el texto del Estatuto está abierto a las aportaciones que las familias de acogida estimen oportunas realizar, ya que “la voluntad de la Comunidad de Madrid es que sea un documento altamente participativo y que sea el resultado del consenso entre las partes implicadas”.