"Cuántas veces nos encontramos frente a refugiados y sentimos fastidio", ha exclamado durante la audiencia general de este miércoles 15 de junio.
Así, el Pontífice ha pedido a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro "solidaridad y misericordia" con los más desfavorecidos. "Cuántas veces vemos en la calle gente sin hogar, necesitada, enferma, que no tiene para comer, y nos molesta", ha lamentado.
En contraste con esta actitud, según ha asegurado el Papa, Jesús "no es indiferente al grito del ciego que, movido por la fe, quiere encontrarlo e invoca su ayuda".
Por ello, ha reiterado que "la indiferencia y la hostilidad causa ceguera y sordera e impiden percibir las necesidades de los hermanos y reconocer en ellos la presencia del Señor". El Pontífice ha llamado a superar y sustituir la indiferencia por un gesto de solidaridad, de misericordia y amor, siguiendo el ejemplo de Jesús.
"Cristo, en el que brilla la fuerza de la misericordia de Dios, ilumine y sane también nuestros corazones, para que aprendamos a estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos y celebremos las maravillas de su amor misericordioso", ha concluido.
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