Esta iniciativa se celebra prácticamente todas las comunidades y la mayoría de ellas ya han abierto el plazo de inscripción, que puede consultarse en la página web de FEDE, que aconseja inscribir a los menores en ellos a partir de los 7-8 años.
El objetivo es ofrecer educación diabetológica y herramientas a través de las que los menore puedan adquirir paulatinamente independencia respecto a la gestión de su patología, fuera del entorno de seguridad que les proporcionan su hogar y sus padres.
Al mismo tiempo, ofrecen la oportunidad de divertirse y disfrutar de unos días de ocio, al mismo tiempo que convivir y compartir experiencias con otros niños con diabetes.
Además, según FEDE, son una interesante alternativa para la época estival porque "se desarrollan en un entorno adaptado a la dolencia, en los que se facilita el aprendizaje sobre diabetes, y se fomentan cuestiones tan necesarias para quienes la padecen, como son la práctica de ejercicio físico o la importancia de una adecuada alimentación".
Este tipo de campamentos se pusieron en marcha hace casi 50 años y medio siglo después, siguen siendo "una práctica cada vez más asentada" que apoyan padres y recomiendan los propios profesionales sanitarios, ya que los pacientes son "conscientes de primera mano" que otros chicos de su edad tienen también diabetes, lo que les ayuda a normalizar la patología.
"Es una excelente alternativa para ayudar a los menores a adquirir responsabilidades con respecto a su diabetes, pero también son positivos para los padres, quienes comprobarán de primera mano que sus hijos ganan en confianza y autosufiencia", ha destacado el presidente de FEDE, Andoni Lorenzo Garmendia.
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