LA FISCALÍA INVESTIGA LA TALA DE ENCINAS CENTENARIAS PARA UNA MINA DE URANIO EN SALAMANCA

La Fiscalía de Medio Ambiente ha abierto diligencias de investigación por la “condena a muerte” de encinas centenarias para explotar uranio a cielo abierto en el corazón del Campo Charro (Salamanca), concretamente en el espacio protegido de la Red Natura 2000 denominado ‘Riberas de los Ríos Huebras, Yeltes, Uces y afluentes’, ubicado en el municipio de Retortillo.
Esta actuación es consecuencia de una denuncia presentada por WWF España, que ya enfió un informe a la Comisión Europea hace unas semanas en el que analiza los graves impactos ambientales que producirá la construcción de “la mayor mina de uranio de toda Europa” en esa zona protegida, así como a las denuncias de organizaciones de la plataforma Stop Uranio, Ecologistas en Acción y Equo.
WWF informó a la Fiscalía de Medio Ambiente de la tala de más de un millar de encinas centenarias ante la “dejadez” de las administraciones en un espacio de la Red Natura 2000 donde se encuentran presentes especies protegidas en la UE como el águila imperial, la cigüeña negra o el galápago leproso.
Esta ONG aseguró que “la empresa minera australiana Berkeley Energía está arrancando de raíz un total de 30.000 árboles” y que, “para llevar a cabo este atentado ambiental, antes de ser talados los árboles aparecen marcados, por cintas o pintadas, lo que simboliza su ‘sentencia de muerte’ inmediata”.
Además, apuntó que esa tala de encinas centenarias se produce en una zona protegida Red Natura 2000 que se encuentra incluida dentro del Plan de Recuperación de la Cigüeña Negra de Castilla y León, especie que actualmente se encuentra en periodo de cría.
“Estos árboles, que están siendo talados ante la pasividad de las administraciones, han sido respetados y queridos por muchas generaciones pasadas y son un símbolo del respeto que la población local tiene hacia su entorno, además de suponer un patrimonio natural y humano de enorme importancia, con más de 200 años de antigüedad, proporcionando un medio de vida para los más de 200 ganaderos de razas autóctonas, como la vaca morocha”, recalcó WWF.
La responsable de Red natura 2000 de WWF España, Gema Rodríguez, señaló que “las máquinas se llevan por delante en pocas horas lo que ha tardado cientos de años en crecer” y que “ningún país europeo permitiría esta atrocidad ambiental”.
“La empresa no cuenta con todos los permisos necesarios para la construcción de la mina. A día de hoy, Berkeley Energía no tiene ni el permiso definitivo del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, ni la autorización de cambio de uso del suelo rústico que se necesita y, además, se enfrenta a varios procesos judiciales, uno de ellos admitido por la Audiencia Nacional. Se trata de una chapuza administrativa que hay que frenar antes de sigamos perdiendo todos”, concluyó Rodríguez.

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