El Papa Francisco invitó hoy a dar la bienvenida a los refugiados y a recibirlos en nuestras casas y aseguró que acoger a los refugiados supone la mayor seguridad contra los actos de terrorismo.
En un encuentro con los antiguos alumnos de los Jesuitas en toda Europa, Francisco aseguró que "la hospitalidad es un rasgo de todo cristiano", al tiempo que recordó que hay 65 millones de personas en el mundo que han sido obligadas a abandonar sus hogares de residencia. "Este número sin precedentes va más allá de la imaginación", aseguró.
"Si vamos más allá de la mera estadística, descubrimos que los refugiados son mujeres y hombres, chicas y chicos que no son distintos a los miembros de nuestras familias y a nuestros amigos. Cada uno tiene un nombre, un rostro y una historia, como el inalienable derecho de vivir en paz y de aspirar a un futuro mejor por sus propios hijos", advirtió.
Al tiempo, el Papa alabó la labor del Servicio al Refugiado y afirmó que "la terrible guerra en Siria, como las guerras civiles en Sudán del Sur y muchas otras en el mundo pueden parecer que no tienen solución".
Francisco apuntó que "menos del 50% de los niños refugiados tienen acceso a la escuela primaria, menos del 22% de los adolescentes a la secundaria, y menos del 1% de los jóvenes tiene acceso a la universidad".
El Papa reconoció que en sociedades donde predomina la indiferencia "a veces uno se puede sentir solo cuando intenta poner en práctica la misericordia", pero entonces conviene recordar "que el amor de Dios os acompaña en ese trabajo. Vosotros sois los ojos, la boca, las manos y el corazón de Dios en este mundo".
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