GREENPEACE DENUNCIA QUE EL GOBIERNO JAPONÉS PRESIONA A LA POBLACIÓN PARA QUE VUELVA A ZONAS CONTAMINADAS POR FUKUSHIMA

Greenpeace denunció hoy que el Gobierno japonés está presionando a la población para que vuelva a zonas contaminadas por la central nuclear de Fukushima, retirando las ayudas a las víctimas del accidente, para "normalizar una situación que aún se encuentra fuera de control".
Seis años después del terremoto y el tsunami que derivó en la catástrofe de Fukushima, las áreas más contaminadas dentro de la zona de exclusión, conocidas como zona 1 y 2, se están preparando para el reasentamiento de la población, a pesar de que, según Greenpeace, la radiación sigue siendo muy superior a lo aconsejable.
La organización indica en un comunicado que los niveles de radiación en los bosques cercanos son comparables a los de la zona de exclusión de 30 kilómetros de Chernóbil, que quedó formalmente declarada como inhabitable.
Un equipo de investigación de Greenpeace recogió muestras en la localidad de Iitate, a unos 30 kilómetros de la central, y constató que las dosis de radiación están muy por encima de los objetivos de descontaminación del Gobierno japonés, con niveles de exposición anual de por vida que representan un riesgo para los ciudadanos que vuelvan. En algunos hogares en Iitate, las dosis de radiación son equivalentes a hacerse una radiografía de tórax todas las semanas, afirma la ONG.
Greenpeace indica que, a pesar de ello, el Gobierno japonés confirmó en febrero de este año que todavía no se ha realizado ninguna evaluación de los riesgos de exposición de por vida para los ciudadanos si tuvieran que volver a esta localidad.
El director de Greenpeace Japón, Yuko Yoneda, señaló que volver a estas zonas es "un intento del Gobierno del primer ministro japonés, Shinzo Abe, por ayudar a la industria nuclear y dar una sensación falsa de normalidad, ya que nuestros muestreos dicen lo contrario".
Por estos motivos, Greenpeace exige al Gobierno japonés que proporcione apoyo financiero completo a la población superviviente y entregue información transparente sobre los riesgos para que nadie tenga que regresar a esa zona por razones económicas o bajo engaño por una falsa sensación de seguridad.
Además, insta a tomar medidas para reducir la exposición a la radiación al mínimo absoluto para proteger la salud pública y permitir a la población que decida si quiere volver sin coacciones.

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