A través de un comunicación, remitida por la Fundación Princesa de Asturias, se ha mostrado "profundamente conmovido al recibir el Premio". "Como consecuencia de un accidente de alpinismo, mis piernas fueron amputadas en 1982 debido al daño causado en los tejidos por la congelación. Desde entonces, he dedicado mi vida al progreso de la ciencia y la tecnología básica para permitir la reparación biónica de los seres humanos", ha añadido.
"Ojalá este reconocimiento arrojase luz sobre la misión global para acabar con la discapacidad humana en el siglo veintiuno a través de los continuos avances en la biónica", ha concluido.
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