Hezbolá acusa a extremistas sunitas de la muerte de su jefe militar en Siria

El movimiento chiita libanés Hezbolá acusó el sábado de la muerte en Siria de su jefe militar Mustafá Badreddine a los extremistas sunitas sirios y prometió seguir luchando para defender el régimen del presidente Bashar al Asad.

Hasta ahora ninguno de los grupos rebeldes o yihadistas, a los que Hezbolá combate junto a las tropas sirias, han reivindicado el ataque que el viernes causó la muerte de Badreddine.

Mustafá Badreddine es el dirigente de Hezbolá de mayor rango muerto desde el asesinato en febrero de 2008 en Damasco de su predecesor Imad Mughniyé.

"Nuestra investigación probó que la explosión en uno de nuestros puestos cerca del aeropuerto internacional de Damasco que mató al hermano comandante Mustafá Badreddine se debió a un bombardeo de artillería de los grupos takfiris presentes en la zona", afirmó Hezbolá en un comunicado.

El régimen de Bashar al Asad y Hezbolá designan como "takfiris" (literalmente, los que acusan a otros musulmanes de apostasía) a los grupos yihadistas o islamistas radicales sunitas implicados en la guerra en Siria.

Sin embargo, el movimiento chiita no acusó en particular a ningún grupo entre las numerosas formaciones armadas sunitas presentes en el país en guerra.

La zona del aeropuerto de Damasco donde se produjo el bombardeo está en manos del ejército sirio, con una fuerte presencia de combatientes del partido libanés y de los aliados iraníes. La primera posición rebelde se encuentra a 7 km en la Guta oriental.

El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahmane, declaró el sábado a la AFP que "ningún disparo de artillería había sido registrado en las últimas 72 horas de Guta a la zona del aeropuerto".

El grupo Estado Islámico (EI) se apoderó el sábado de un hospital controlado por el régimen en Deir Ezor, en el este de Siria, un ataque en el que mató a 20 miembros de las fuerzas progubernamentales.

"El EI atacó el hospital Al Asad, situado en la entrada oeste de la ciudad, matando a por lo menos 20 soldados y milicianos", indicó el OSDH, añadiendo que los yihadistas "se apoderaron del hospital y tomaron como rehenes al personal médico", afirmó esta oenegé.

El EI controla más del 60% de Deir Ezor. Cerca de 200.000 habitantes, completamente asediados por el Estado Islámico, viven en la parte de la ciudad bajo control del régimen.

"Los resultados de la investigación reforzarán nuestra determinación y nuestra voluntad a proseguir el combate contra estas bandas criminales y a derrotarlas. Era el deseo y la esperanza de nuestro querido mártir", añadió el comunicado de Hezbolá.

Según una fuente de seguridad siria, la explosión se produjo el jueves por la noche en una nave cercana al aeropuerto de Damasco en la que se hallaba Badreddine.

Hezbolá es el enemigo jurado de Israel y es considerado una "organización terrorista" por Estados Unidos. Desde su entrada en guerra en Siria en apoyo a las tropas del régimen, además se ha convertido en blanco de los insurgentes y yihadistas.

El movimiento chiita, que libró una guerra contra Israel en 2006, suele acusar a este país del asesinato de sus jefes pero en esta ocasión no lo ha hecho.

El comunicado de Hezbolá "complica aún más las cosas", subraya Waddah Charara, especialista de la formación chiita: "Todavía estamos en el terreno hipotético ya que una implicación de Israel está descartada, los israelíes no desean tener problemas con los rusos", que "protegen el sector donde se produjo el ataque".

"Si se descubre que no hubo disparos de artillería en el sector, podemos pensar en la tesis de un trabajo interno, un error en el servicio de seguridad o en una infiltración", añadió el experto.

Badreddine, de unos 55 años, estaba al mando de las operaciones de su movimiento en Siria y es uno de los sospechosos clave por la muerte de Rafik Hariri, ex primer ministro libanés asesinado en un atentado en Beirut en 2005.

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