Hollande promete desmantelar el campamento de migrantes de Calais

El presidente francés François Hollande prometió este lunes que el campamento de migrantes de Calais será "completamente desmantelado", en medio de una polémica sobre un plan para repartirlos en centros diseminados en todo el país.

En Calais, puerto a orillas del Canal de la Mancha, que visitaba por primera vez desde su elección en 2012, Hollande pidió a los británicos que "asuman su parte" de responsabilidad para resolver esta crisis.

Entre 7.000 y 10.000 migrantes, la mayoría provenientes de Sudán y Afganistán, viven actualmente en este campamento conocido como la "Jungla", donde aguardan en condiciones deplorables una oportunidad para cruzar al Reino Unido.

Desde hace unos meses, el número de personas que viven apiñados en este campamento, en condiciones deplorables, se ha duplicado.

"Estoy determinado a que los británico participen en el esfuerzo humanitario que Francia está realizando" en Calais, declaró Hollande.

Frente al aumento de la tensión entre los migrantes y los residentes de esta ciudad del norte de Francia, el ministro del Interior Bernard Cazeneuve había anunciado ya el desmantelamiento de este campamento antes del invierno. "El gobierno irá hasta el final", confirmó el lunes François Hollande.

Hollande se reunirá el lunes en Calais con políticos locales, oenegés y empresarios pero no está previsto que visite el campamento de migrantes.

A siete meses de las elecciones presidenciales, la inmigración ha acaparado la campaña de una parte de la derecha con el objetivo de cortejar a los electores del ultraderechista Frente Nacional, que según todos los sondeos, pasaría a la segunda vuelta de las presidenciales.

El expresidente Nicolas Sarkozy, candidato a las primarias de la derecha, visitó Calais la semana pasada y llamó a restablecer los controles en las fronteras para evitar que Francia sea "sumergida" por los migrantes.

Sarkozy y sus simpatizantes multiplican los ataques contra la política del gobierno socialista y critican sobre todo la apertura anunciada de centros de migrantes en todo el territorio para acoger a las miles de personas evacuadas de Calais y de campamentos informales en París.

Hollande, que hasta ahora se había mostrado discreto sobre el tema de la inmigración, ha entrado de lleno en el debate en los últimos días.

El sábado visitó uno de los 164 centros que abrirán sus puertas y prometió que Francia "no será un país de campamentos" de migrantes, en referencia a las críticas de una parte de la derecha que estima que este plan no solucionará el problema sino que al contrario creará varios "mini Calais" en todo el país.

En una ciudad del sureste del país, un alcalde anunció su intención de organizar un referéndum para bloquear el proyecto. Asimismo, el sábado, varios cientos de personas manifestaron en un suburbio acaudalado de París contra la instalación de estos centros de acogida.

Francia, que ha registrado 80.000 nuevos pedidos de asilo en 2015 frente a cerca de un millón en Alemania, es considerado fundamentalmente como un país de paso para los migrantes.

La semana pasada, las autoridades de Calais iniciaron la construcción de un muro, financiado por el Reino Unido, para intentar detener el paso de los migrantes al puerto de Calais.

El muro, cuyo costo está evaluado en 2,7 millones de euros, pasará a engrosar el arsenal de vallas y barreras construidas en Europa, que se enfrenta a un constante flujo de inmigrantes.

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