EL ESMOG INVERNAL DE CHINA ESTÁ LIGADO AL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL ÁRTICO

Los graves problemas de contaminación del aire durante el invierno en China pueden empeorar por los cambios en la circulación atmosférica provocados por la pérdida de hielo marino en el Ártico y el aumento de las nevadas euroasiáticas causadas por el cambio climático global.
Así lo afirman investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia (Estados Unidos) y del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Yonsei (Corea del Sur) en un estudio publicado en la revista ‘Science Advances’, en el que señalan que el hielo marino y los cambios en las nevadas han desplazado el monzón de invierno de China y contribuido a crear condiciones atmosféricas estancadas que atrapan la contaminación sobre la población principal y los centros industriales de China.
“Las emisiones en China han disminuido en los últimos cuatro años, pero la neblina severa del invierno no está mejorando”, apunta Yuhang Wang, profesor de la Escuela de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera del Instituto de Tecnología de Georgia, quien añade: “Esto se debe principalmente a un cambio muy rápido en las regiones polares donde el hielo marino está disminuyendo y las nevadas están aumentando, lo que impide que el aire frío entre en las partes orientales de China”.
Este estudio es un ejemplo de cómo las perturbaciones a gran escala causadas por el cambio climático global pueden tener impactos regionales signifcativos y se cree que es el primero en vincular el deshielo marino y los niveles de nevadas a la contaminación atmosférica en una región.
Los problemas de la neblina en las llanuras del este de China, donde está Pekín, se hicieron notar por primera vez en todo el mundo durante el invierno de 2013, pero especialmente en enero, cuando ocurrió lo que se denominó ‘apocalipsis del aire’ durante casi un mes entero. La Embajada de Estados Unidos registró niveles extremadamente altos de partículas PM2,5 (menores de 2,5 micras) y el Gobierno chino estableció objetivos estrictos para reducir las emisiones en la industria y en otras fuentes. Aunque estos controles de emisiones parecen funcionar, el esmog durante diciembre y enero continúa, así que Wang y sus colegas Yufei Zou, Yuzhong Zhang y Ja-Ho Koo se preguntaron qué factores podrían influir.
ÍNDICE POTENCIAL DE CONTAMINACIÓN
Las mediciones a largo plazo de la calidad del aire no están disponibles en China, por lo que los investigadores tuvieron que recopilar datos basados en medidas de visibilidad y datos satelitales.
Para analizar los registros históricos, se creó un nuevo Índice de Potencial de Contaminación (PPI, por sus siglas en inglés), que utilizó anomalías del gradiente de temperatura del aire y velocidades del viento superficial como indicadores de las condiciones de ventilación en el este de China.
"Una vez que generamos el PPI y lo combinamos con los datos de visibilidad, era obvio que enero de 2013 fue mucho más allá de lo que se había visto antes de volver al menos tres décadas", apunta Wang, antes de agregar: "Pero en ese mes las emisiones no habían cambiado, así que sabíamos que tenía que haber otro factor".
En las llanuras del este de China hay cuencas interconectadas rodeadas por las cadenas montañosas al oeste y el océano al este. La contaminación generada por la industria y los vehículos puede eliminarse eficazmente sólo por dispersión horizontal o por mezcla vertical en invierno, y cuando esos procesos no logran salir del aire estancado, la contaminación se acumula. Parecía probable que algo impedía la ventilación que habría mantenido el aire más limpio.
Los investigadores encontraron correlaciones de condiciones de aire estancadas sobre China con el hielo marino del Ártico, que alcanzó un mínimo histórico en el otoño de 2012, y nevadas en las latitudes altas de Siberia, que llegaron más pronto de lo habitual en invierno. A continuación, utilizaron simulaciones de modelos atmosféricos para estudiar cómo estos factores cambian los patrones de circulación atmosférica a gran escala y la ventilación por contaminación en el este de China.
Los resultados del modelo fueron consistentes con las observaciones de que Corea y Japón habían sido inusualmente fríos ese invierno, mientras que el este de China había sido inusualmente cálido, sugiriendo que el centro frío se había movido.
En el invierno de 2017 han vuelto los mismos factores, con niveles bajos de hielo marino del Ártico en septiembre de 2016, altas nevadas y neblina severa. Wang dice que es probable que estos factores continúen mientras el cambio climático global interrumpa la estructura normal de la atmósfera.

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